El
encierro es buen momento para ponerse al día de muchas cosas. Quería ver esta
peli desde que le oí a Rosa Belmonte hablar de ella en un programa de La Cultureta, hace ya meses. La
versión de 1942. Porque hay que ser audaz para rodar esto en 1942.
La
carencia de efectos especiales hizo que Jacques Tourneur tuviese que
recurrir a las elipsis. Pero para él no fue un problema, fue la oportunidad
para acrecentar el misterio, para crear una película con mucha simbología.
Así
que es audaz tanto en la trama (eludiendo los clásicos vampiros, filmando algo
muy fuera de su época) como en lo formal.
Irena
Dubrovna, inmigrante Serbia en Estados Unidos, se casa con un americano. Ella
le ha hablado de leyendas de su pueblo, de secretos oscuros ancestrales. E
Irena comienza a sospechar que se hacen realidad en ella.
Una
película que juega muy bien las cartas de su ambigüedad, que usa magistralmente
el blanco y negro para crear una atmósfera inquietante y que, además, se apoya
muy bien en el sonido (no esos sustos baratos de ahora) para incrementar el
efecto.
El
psiquiatra me pareció muy interesante, muy retorcido: su interés médico por
Irena, su interés amoroso por ella, jugar con el marido la baza del matrimonio
para encerrarla y, al mismo, tiempo, la de la nulidad matrimonial…
Y
todo eso en 73 minutos. Sorprendente. Recuerda que es de 1942.
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