-Dexedrine
Parios, 33 años. Exmarine de combate de baja. Más bruta que una mula con la
boca llena de abejorros.
Ahora
hace lo que puede y cuida de su hermano con síndrome de Down. Los líos le caen
encima. Ella no los busca. Bueno, un poco sí. Pero tiene recursos bastante
inesperados.
Se
distingue en su primer episodio por su protagonista. Pasa de todo, hace lo que
le da la gana, improvisa con rapidez y es una delicia ver sus artimañas. En su
órbita se mueven una serie de secundarios con chispa y diálogos ágiles.
Insisto:
en su primer episodio. Semejante a lo que comenté hace poco de Star Trek: Picard. Lo que viene
después es una sombra. La diferencia entre el primer episodio y los demás es
abrumadora. El producto inicial de venta es muy bueno. Luego te dan lo de
siempre: clichés, tramas tópicas, casos de andar por casa.
La
acentuada personalidad de Dex se diluye, los secundarios dejan de ser tan
importantes, pierden chispa y esa acción loca inicial desaparece por completo. Es
una serie policiaca como otras docenas y no por eso dejan de hacerse y de
seguirse. El problema es que promete más de lo que luego da. Aunque lo que
luego da sirve tan bien como cualquier otro policial procedimental.
Dura
18 capítulos. Creía que había acabado en el 10 y, a la semana, aparecía otro y
luego otro… Ya no estamos acostumbrados a eso. El capítulo final cierra con un
sorpresón pero ya no tengo paciencia para una segunda temporada.
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