Está claro: le sobran muchos minutos que se
traducen en que sobran capítulos, le sobra todo ese rollete familiar
repetitivo, le sobran reacciones absurdas de la gente según conviene en cada
momento.
Pero tiene potencial. Alienígenas malos, un
alienígena medio humano que no sabemos si es bueno o malo, un niño robot al que
no le afectan los trucos mentales de los aliens. Ese encuentro entre el niño
alien y el niño robot me gustó, pero debería haber sido mucho más. Más
dramático, más intenso.
No me ha vuelto loco, pero es el mejor
producto de la hornada de series apadrinadas por Spielberg. El tío es
enormemente cansino con su manía familiar, no porque la familia esté mal, sino
porque él no sabe qué contar sobre ella. Siempre es la misma cantinela
sentimental.
La serie puede dar muchísimo de sí. Pero
tienen que afinar, quizá apartar a Spielberg y dejarla en manos de
alguien que sí sepa cargar de drama las relaciones familiares. Eso si la
renuevan, que no pinta bien.