En
el 3x02 de Westworld hay una escena en la que aparecen Benioff y Weiss,
los showrunners de Juego de Tronos junto a un dragón. Y
parece que eso es lo más destacado de todo el capítulo y de lo que más habla la
gente. Y de Maeve empiñonada en la búsqueda de su hija y de que al final
conocemos a Serac, ni mu.
A
mí los cameos me parecen tan simpáticos como a cualquiera. Pueden tener su
gracia, más o menos, según cómo se usen. Para mí los mejores siguen siendo Bruce
Willis y Julia Roberts en Ocean’s
Twelve.
Ahora
bien: no son ningún criterio de calidad. Y parece que, últimamente, ciertos
críticos atribuyen valor a una serie porque tiene cameos. Un ejemplo: Paquita Salas. Parece, por lo que he
leído, que la principal gracia (y mérito) de esa serie es que tenía muchos
cameos.
En
mi opinión esos juegos sin función narrativa (¡qué bien usados en Ocean’s Twelve!) son un obstáculo
para que se hable de lo importante de los capítulos (si es que lo hay). Los
cameos seducen tanto a la gente que en vez de sumar, restan a todo lo demás.
En
el caso de Westworld la
función narrativa es nula, no pasa de ser una anécdota y no merecería más de
media línea en un comentario cualquiera. Y hay artículos enteros sobre ello y
se analiza y se emplean calificativos
exagerados (increíble, impresionante) como si cosas así no se estuviesen
haciendo todos los días. Para algunos eso es televisión importante. Yo sigo
prefiriendo hablar del berenjenal en el que se ha metido Maeve.
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