31/5/06

Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis.

Me gusta El exorcismo de Emily Rose. Me gusta por su contenido y, también, por los comentarios que genera. -A ver quien devuelve la cinta ahora. -Me dejó politraumatizada. -El exorcista sí que era una posesión bastante diabólica (?). -Si el demonio existe entonces Dios existe (?). -Es raro: la que hace de Emily es fea pero actua bien (?). La pregunta que no sé contestar es: ¿por qué nos gusta lo que nos aterroriza?

30/5/06

Clones Disney

Parecerá una ironía suicida decir esto de la Factoría Disney, pero lo diré: tiene un problema con los personajes. -¿Disney? –dirás-. Han creado a Mickey Mouse, Donald, El Rey León y tantos otros ¿y tienen problemas con los personajes? Es cierto. No lo niego. Hay personajes que estarán ahí presentes durante siglos. Pero pongo sólo un ejemplo: ¿cuándo apareció el primer humano varón con entidad, con personalidad, con garra en sus dibujos animados? No hablo de animalitos, genios y comparsas varios. Quiero conocer un protagonista, humano, varón. Pues tengo que esperar al Jim Hawkings de El planeta del tesoro. Hay decenas de protagonistas femeninas célebres y, sin embargo, no son más que arquetipos, clones de la Blancanieves de 1935. Hay decenas de secundarios graciosetes y todos son réplicas de sí mismos. Por eso tengo a El planeta del tesoro en una alta estima. La prefiero a El Rey León, La Bella y la Bestia y muchas otras. El guión de la película caía, por enésima vez, en la manía simplificadora de la filiación-paternidad. Pero hasta en eso encontraba un punto novedososo gracias a que su humano, Jim Hawkings, poseía verdadera personalidad.

29/5/06

Frank Capra

Evidentemente Frank Capra es sentimental. Casi se podría decir que obscenamente sentimental de no ser por su genio. Debería odiarlo pero es que no ha habido nadie que supiera dibujar en el cine caracteres como los suyos. Tanto los de los personajes protagonistas como los de los secundarios. Si un personaje tiene línea de diálogo, Frank Capra le otorga la majestuosidad de la importancia de existir. No es simplemente un personaje que se necesitaba para rellenar un hueco. Ese personaje tiene una fisonomía, vestuario, lenguaje y comportamiento plenamente apropiado a lo que dice. Tiene una historia, un pasado, una vida. Posee un modo de ser que no es un cliché. Frank Capra jamás cometió el error de manipular a un personaje en su beneficio. Si necesitaba un personaje (un mayordomo que siempre estaba ahí, un mendigo que pasaba por allí) le fabricaba su propia película. No importa que no aparezca en pantalla el relato de sus vicisitudes. Pero la inventiva utilizada para otorgar entidad a ese personaje quedaba plasmada en toda su integridad y le acompañaba a lo largo de toda la película. Se convertía en ese conocido con el que nos cruzamos todos los días. Y por eso acabamos queriéndolos.

28/5/06

Menuda joya

Un ejemplo excelente de todo lo que odio en el cine, de lo que creo que no es cine, lo representa La joya de la familia: doctrinal, sentimental, políticamente correcta, todo el mundo es bueno. La campaña publicitaria la ofrecía como rompedora y transgresora, la presentaba como una visión ácida de la familia de clase media americana. Y, mira tú por dónde, en realidad era una muestra de escandaloso adoctrinamiento moralizante: amor interracial gay, cambios de novia de la noche a la mañana porque la hermana de ella te hizo tilín, heroica capacidad estoica de soportar la enfermedad, amor libre, lo importante es que nos queramos, qué bonita la Navidad en familia, échate unas risas. Creo que es la única película que he visto en que no hay nada, absolutamente nada racional. Nada en qué apoyar las relaciones entre las personas. Todo es blando, amorfo, siniestramente caritativo. Todos gozan de una traumática felicidad. Si yo tuviese una familia así me quemaría a lo bonzo. Hasta la protagonista lo dice al ver la joya: ¿sólo esto? Pues sí. No había nada más. Repugnante.

21/5/06

Ideas y sentimientos

Estuvimos viendo Sophie Scholl un grupo de personas bastante numeroso y, apenas había terminado, A. me dijo que no le había gustado nada. Ella es muy sincera y directa. Si no le gusta la película que has escogido te lo dice bien clarito y punto. Le hice notar que era una película alemana, que su cine era sobre todo un cine de ideas, que los bombardeos y explosiones de tanques quedaban para el cine americano, que había que probar un poco de todo. Dijo que precisamente no le gustaba eso de las ideas. Por ejemplo, no le gustaba el interrogatorio, tan cerebral, tan intelectual, tan frío. Supuse que se refería a que esperaba una historia más humana, un culebrón personal, algo más relacionado con los sentimientos. Al fin y al cabo, me dije, es una mujer. Pero no. Ella quería que hubiese torturas. Me ausento del blog una semana. Que sepas que voy a hacer un corral.

20/5/06

Insomnio

Después de Memento, Nolan dirigió una pequeña película que me viene a la mente de vez en cuando. De algún modo quedaba allí la impronta de su estilo. Un Al Pacino y un Robin Williams se enfrentaban en Alaska. El primero como policía, el segundo como posible criminal. Andaba por ahí, en un papel secundario, pero dejando testimonio de su buen hacer, Hillary Swank. El título jugaba con los días perpetuos en el verano polar que a Al Pacino no le dejaban dormir. Como consecuencia lógica su investigación resultaba cada vez más torpe. Pero además el insomnio venía de otra cosa. Un buen policía no duerme porque no le encaja una pieza del puzzle. Un mal policía no duerme porque no le deja su conciencia. ¿Por cuál de estas tres cosas no dormía Al Pacino? ¿O las tenía todas?

19/5/06

De cómo resucitar a los superhéroes

Y vuelvo a mi querido cine infantil. Es un recurso habitual matar a un superhéroe para que las tiradas del cómic crezcan. Y luego resucitarle, claro. Hasta los supervillanos con estilo son convenientemente rescatados del olvido para reaparecerse en momentos oportunos. Incluso magnolico deja morir su blog para resucitarlo y ganar en audiencia. Si ayer comentaba que Los 4 Fantásticos constituía una pifia, tengo que hablar de esos otros 4 fantásticos que revivieron de modo novedoso el cine de superhéroes: Los Increíbles. Es disfrutable al cien por cien. Fíjate por ejemplo en la caracterización de todos y cada uno de los personajes. Ya quisiera la mayor parte de los dramas otorgar a sus protagonistas una carga semejante de consistencia. Y no hablo sólo de los personajes principales. Edna Mode es una secundaria que se merecería un spin-off para ella solita. Se merecería una tesis, un Oscar, el Premio de la Crítica, un monumento en la Zona Cero. Además, personajes terciarios como Tony Rydinger o Kary tienen un carácter tan elaborado que Frank Capra habría matado por tenerlos en sus películas. Seguro que muchos han alquilado la película, la han visto y la han devuelto. Grave error: éste es uno de esos pocos casos en los que merece la pena echar un vistazo a los extras. Al menos, para ver el fragmento de Kary en sus tareas de canguro. Una puñetera genialidad.

18/5/06

De cómo matar a los superhéroes.

Esta entrada es un acto de ejercicio de mi derecho a queja por las semanas tan malas que llevamos en estrenos de cine. Tengo unas ganas enormes de ver X-Men 3 y, a la vez, mucho miedo. Me explico. Discuten los sabios sobre si Sin City o V de Vendetta han sido las mejores adaptaciones de cómics que se han realizado. Personalmente mantengo en los escalones del podio a Spiderman 2 y las dos primeras entregas de X-Men. Por contenidos y estética se adaptan perfectamente a los originales en soporte convencional. Todos los que dicen que Sin City y V de Vendetta son grandes adaptaciones, ¿le han echado un vistazo al cómic? Los argumentos sí se corresponden más o menos. De hecho, si no se asemejaran en el argumento, las películas se titularían de otra manera, digo yo. Pero la estética no es semejante en nada. Y no sé de dónde les viene tanta fama a Frank Miller y Allan Moore. Los guiones son buenos, el dibujo pernicioso. Provocan lesiones irreversibles en el nervio óptico con sólo verlos. Total, que para dirigir la tercera parte de X-Men escogen a Brett Ratner, como si no les bastara que hubiese consumado el desguace de Hannibal Lecter. Le deseo (me lo estoy deseando a mí) la mejor de las suertes porque su curriculum parece indicar que le va a sobrar tiempo para destrozar la labor que hiciera Bryan Singer. Quizá la Fox eligió a Ratner para que efectivamente sea la última película y los espectadores no pidamos una cuarta. Es como cuando supe que Los 4 Fantásticos sería dirigida por Tim Story. No quedó sino buscar la iglesia más cercana y ponerme a rezar.

17/5/06

El Reino de los Cielos

Dije que detesto Gladiator y se trata de una cuestión de gusto. Admito que pueda gustar a determinado público. Lo de El Reino de los Cielos es otra cosa. Es una serie de despropósitos encadenados e injustificables: la ignorancia total de las reglas técnicas cinematográficas que cualquier principiante conoce. 1. Protagonista medieval presentado como un pacifista-ecologista de ONG. ¿Han leído los guionistas un libro alguna vez? 2. Yo soy tu padre. Genial, adecuado, idóneo, perfecto para Lord Darth Vader. Aquí es una patochada que refleja la preocupante falta de ideas en el guión. De coña. ¡Lo que tiene que hacer Liam Neeson para ganarse las lentejas! 3. El entrenamiento como caballero. Una estupidez. ¿También tiene midiclorianos y le acompaña la Fuerza? 4. Escena del naufragio. Vemos que el barco se escora. Se escora, se escora y… Lo siguiente es un tipo en la playa. ¿Realmente la tormenta nos pareció peligrosa en algún momento? ¿Por qué no se filma el naufragio? ¿Por qué ha sobrevivido sólo el personaje que interesa? ¿Qué ha ocurrido para que él sea el agraciado? 5. Batalla en campo abierto entre cristianos y moros. Los caballos se acercan a galope tendido. Se acercan, se acercan y… Cambio de escenario. Cuando volvemos sólo hay cadáveres. ¿Por qué no se rueda la batalla? 6. Batalla en Jerusalén. Intenta emular, deliberadamente, a la de Gondor en El Señor de los Anillos; y ni sombra, oye. 7. Batalla de Jerusalén. Se rompe el muro, las tropas se enfrentan, van a entrar, van a entrar y… fundido a negro. 8. La elección de Orlando Bloom. Sus discursos supuestamente épicos, ¿lograron emocionarnos siquiera un poquito? Mel Gibson o Viggo Mortensen: esos sí que… La película tiene un buen departamento de arte y una buena escena: la entrada de Balduino en el Kerak. Nada más. ¿Cómo se puede tener tanto morro para resolver las escenas pasando a otra cosa? ¿Nos toma por tontos? Me sentí insultado. Es triste pero es así.

16/5/06

Blade Runner

El Nexus 6 ha dado caza a Deckard. El cazador cazado. La secuencia entera es un prodigio, empezando por la localización y la fotografía en el teatro Bradbury. Deckard cuelga del tejado y la planificación es un ejercicio para estudiar. Planos y contraplanos, picados y contrapicados. Y por supuesto las frases ya míticas del replicante y de Deckard. He visto cosas… lágrimas en la lluvia… cuánto tiempo me queda… No es un diálogo aunque lo parece. Es un monólogo acerca de la muerte, del tiempo perdido o ganado, de las cosas que siguen adelante mientras nosotros ya no estamos. Y en el contrincante es una corriente de pensamiento con una súbita revelación. Hay un clavo atravesando una mano y una paloma en vuelo apenas esbozado. Alude a la crucifixión, obvio, pero con su lógica interna. No es algo gratuito ni una metáfora forzada. El Nexus necesita sentir algo, aunque sea dolor. Sublima el dolor, le otorga importancia. Más vale el dolor que la nada. Mejor existir que no existir. Para el Nexus 6 no tienen sentido las palabras de Shakespeare. Ser o no ser. El Nexus sabe que lo importante es ser. El ser es. La nada no es. Hay quien insiste una y otra vez en que no es original, que está basado en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Cualquiera que haya leído la novela reconocerá que Ridley Scott hizo muy bien en alejarse de ella. Ninguno de los grandes diálogos y contenidos de la película está en el libro. La potencia de que hace gala Ridley Scott es un hito pocas veces logrado en el cine. Quiero decir que es una de esas películas de la que recordamos muchas más escenas y situaciones de lo habitual. Y, de fondo, la hipnotizadora música de Vangelis.

15/5/06

Exhumando a Ridley Scott

Me lo dijo magnolico y es verdad. Dos obras maestras: Alien y Blade Runner. Algunos también admiran Thelma y Louise. Otros, Gladiator. Durante un tiempo, por inercia, se alabó Black Rain. Se admiten las tres dependiendo de sensibilidades. Pero ni la primera aporta nada nuevo a las road-movies, ni la segunda a los peplum, ni la tercera, ya muy desfasada, a las policiacas. Personalmente, detesto Gladiator. Chiste habitual: Alien y Blade Runner las dirigió su hermano. Es decir, Tony Scott. Pero si en los inicios de la carrera del hermano pudimos tomarlo como una opción plausible, últimamente el camino que lleva este buen hombre también va a peor. A día de hoy, Ridley ha hecho más piltrafas que grandes obras: 1492: la conquista del paraíso, Hannibal (él empezo el destrozo de Lecter), Los impostores (qué horror), La teniente O’Neil (patético) o la reciente El Reino de los Cielos (ocultando batallas y naufragios con fundidos a negro o cambios de escenario porque ha olvidado cómo filmarlos). Es cierto que nunca olvidaremos Alien y Blade Runner, dos películas que redefinieron los géneros del terror y la ciencia-ficción. Las cargó de sentido, las llenó de estética y las introdujo en nuestros miedos y razones. Y además realizadas una a continuación de la otra. Desde entonces han pasado 24 años y no sabemos qué es lo que sucedió, dónde dejó aparcada la inspiración, por qué ya no mira al mundo y lo transforma. Se ha convertido en un replicante. Pero no un Nexus 6. Es un mero repetidor de esquemas.

14/5/06

Lo estoy pensando, pero estoy cansado de pensar.

Eso decía Andrés Calamaro en una de sus canciones. Creo que en ninguna otra película se aprecia esto de un modo tan evidente como en Primer. Seguro que la cuántica io comparte plenamente mi opinión. La conversación entre dos seres humanos cualquiera es así: -¡Primer! –un bufido de admiración mientras menea ligeramente la cabeza-. ¡Qué pasada de película! Tendríamos que verla otra vez. -Sí. Era una liada descomunal. -Lo mejor es cuando te das cuenta que el tío con los auriculares, sentado en el banco del parque, ya estaba repitiendo conversaciones del futuro. Habría que verla… -O del pasado. -No. Del futuro. La vemos otra vez y verás… -Depende de cuál de las 8 líneas temporales consideremos como presente. -Bueno, sí. Habría que verla otra vez para saberlo. -Vale. Voy por ella y la vemos. Total, dura 75 minutos… -Na, es igual. Coge King Kong. Y todo el mundo admite que es alucinante, sorprendente, mareante y deconstructivante. Pero no sé que tiene esta película que nadie está dispuesto a tragársela otra vez.

13/5/06

Compartiendo camisa de fuerza con Adrien Brody

Soy uno de esos tarados (hay pocos) que no le vieron gracia alguna a Olvídate de mí. Incluso a magnolico le gustó, fíjate. Y eso que pensé que no era su estilo. Debo concluir que poseo un defecto incurable porque lo que para la mayoría es genialidad, yo lo interpreto como alboroto sin sentido. Charlie Kaufman está considerado como guionista original y rompedor. Yo no acabo de verle esas virtudes por sitio alguno. De sus 5 aclamados guiones, la mayoría ni siquiera me motivaban lo suficiente para verlos. Aunque vaya contra la opinión mayoritaria, si debo escoger entre Olvídate de mí o The Jacket, me quedo con The Jacket. Si me apuras incluso me quedo con El despertar, película en la que sobraba gran parte del metraje para llegar a una conclusión un tanto caprichosa. Piper Perabo estaba inmensa. Pero The Jacket sí la veo como notoriamente superior. No sólo porque Adrien Brody te acongoja, una vez más, poniéndote los pelos como escarpias, sino por esa duda presente en toda la película: ¿está loco? ¿es real lo que ocurre? ¿es el futuro? ¿es la muerte? Desde luego, loco o no, es el descubrimiento del sentido de su vida. Tampoco vayas a creer que es de Oscar. Lo que ocurre es que las cuestiones que plantea y el modo de narrarlas me parecen mucho más interesantes que las circunvoluciones del cerebro de Jim Carrey (plasta, una vez más) en Olvídate de mí. Eso sí, The Jacket tiene un error de bulto por mucho que queramos dar de sí las paradojas temporales. Por otra parte, en cualquiera de las tres películas mencionadas (y en otras del género), viajar por el cerebro más que una excursión parece una montaña rusa atravesando un chatarrero. ¿Somos así?

12/5/06

Sony, Warner, UIP, Disney, Foxfilm

Leo que un Tribunal español ha impuesto una multa a cinco grandes distribuidoras de Hollywood por prácticas anticompetitivas. Y no sé si es positivo o negativo. Si así conseguimos que las entradas al cine sean más baratas (cosa dudosa) bienvenida sea la sentencia. Pero si es una excusa para inundarnos las pantallas con películas europeas de supuesto éxito... Creo que Hollywood hace el peor cine del mundo. Pero también hace el mejor. El resto del planeta va por rachas. Hace unos años arrasaban los argentinos, estos tres últimos años los alemanes. Pongo dos cautos ejemplos de mis temores. Digo cautos porque no son malas películas pero tampoco son la moto que nos habían vendido. Eres muy guapo nos la ofrecieron como la máxima genialidad del cine francés del año. No está mal, se deja ver, no aburre, no sales a vomitar. Simpática. Pero la olvidas al poco de verla. Si eso fue lo mejor que hicieron… Un franco, 14 pesetas. Tropecientos premios, éxito rotundo en el Festival de Málaga, la leche condensada en rodajas. Lo mismo que la anterior para tratar problemas similares. Ni te atreves a reír ni a llorar. Un capítulo largo de Cuéntame. ¿Sustituir las mediocres películas americanas por las europeas? Sigue siendo mediocridad. Pero con las entradas más baratas, dicen.

11/5/06

Es tan majo…

Pregunta magnólico en un comentario si sólo habrá entradas sobre cine infantil. Interesante. Pensándolo bien creo que mi tendencia hacia ese cine se debe a que es el que destaca por su innovación en guiones, el más original. De todos modos aquí va una entrada que no tiene nada de cine infantil. Supongo que ya no queda nadie que se chupe el dedo con el Derecho. Bueno, siempre hay alguien que conserva el lirio en la mano hasta que muere (normalmente joven). Ya desde niños, antes que ser abogados, queríamos ser policías para meter a los malos en la cárcel. Nos habíamos surtido con Starsky y Hutch, Los hombres de Harrelson, Los ángeles de Charlie y hasta con Corrupción en Miami. Pero últimamente, los malos son los polis y la institución está un tanto desprestigiada. Si queda alguien que aún confía en el Derecho, le recomiendo que se dé una vuelta por el juzgado de Declaradme culpable. A veces es una película aburrida y trivial. Pero ver cómo asesinos, traficantes de droga y verdaderos capullos quedan en libertad porque un tío simpático ha hecho tilín al jurado, resulta pavoroso.Se podría decir que se trata del sistema yanqui, del modo en que perciben la Ley. Pero no es eso. ¿Recuerdas El precio de la verdad? Peter Sarsgaard lo dejaba bien claro: “Le creímos porque era gracioso”. Una vez más el sentimentalismo imponiéndose al cerebro.

10/5/06

Kate Barlow, la Besos, o cómo quitar el olor de pies.

La maldición de los hoyos. Otra pequeña joyita del cine infantil que los niños no deben ver. Podríamos hablar de una película disciplinaria porque no se me ocurre otro término para hablar de algo que es, a la vez, educativo y cuartelero. Hay una historia de amor y desengaño en la vieja Europa del siglo XIX; y un maldición generacional. Hay una historia de amor interracial en el no tan viejo Oeste que convertirá a Kate Barlow, la maestra, en Kate Barlow, la Besos. Y hay unas zapatillas de baloncesto que caen en la cabeza de quien no/sí debían: un chico de nombre palindrómico, Stanley Yelnats IV, que siempre está en el peor lugar y momento posibles. Acusado de robo será enviado a un campamento-reformatorio. Un castigo: cavar hoyos en el desierto bajo la supervisión del señor Señor y, lo que es peor, del Jefe. Guión original, curioso montaje, entrelazamiento de historias, Sigourney Weaver, Jon Voigt, Patricia Arquette y Tim Blake Nelson. El reparto adulto se pone al servicio de la historia de adolescentes. No es ninguna obra maestra pero, desde luego, es distinta. Extravagante y sugerente. Que no la vean los niños. Podrían pensar que es necesario poner algo de su parte para conseguir lo que se quiere. Si te gusta la película, léete el libro. No te defraudará. O a la inversa. Es de Disney. Por lo tanto no hay disculpas que valgan: es que no saben, es su forma de ser, ya se sabe que les gustan las cosas blanditas… No. Cuando quieren, pueden. El problema es que los muy zopencos quieren pocas veces.

9/5/06

Educación Disney

Y hoy, precisamente, hablando con unos padres, me informan del hecho. Tuvieron (así, tuvieron) que quitar la película (Una serie de catastróficas desdichas…). Los niños estaban presentes pues los progenitores suponían que era una película familiar. Tuvieron que quitarla, pobres. Imagino que, para evitarse quebraderos de cabeza, angelitos míos que protegen a sus niños, les ofrecieron la última morralla sentimental de Disney, Bambi 2 o similar. Una dieta bastante más nefasta que la de McDonalds pero que, mira tú, eso sí, les mantendrá en la ingenuidad hasta que los primeros reveses de la vida les dejen en estado de coma para el resto de sus días. Sin duda, el personaje sobreprotector de Meryl Streep (tía Josephine), era un paradigma perfecto. De verdad que el afán de protegernos de todo empieza a mosquearme. Por Ley, nos protegen de películas cuando somos niños, nos protegen del humo del tabaco cuando somos adolescentes, nos protegen del exceso de velocidad cuando somos jóvenes, nos protegen del colesterol cuando somos adultos y, poco a poco, quieren protegernos de la vida, publicitando la eutanasia, cuando somos viejos. Y basta que uno relea lo anterior para que se dé cuenta de las decenas de contradicciones que implica la sobreprotección desde que la Ley sustituyó al sentido común. Pero no importa. Nos hemos alimentado con Disney. Mami, chupete…

8/5/06

Contra Disney

Me cuesta mucho convencer al personal para que se atreva a echarle un vistazo a Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket. Cuando finalmente osan adentrarse en ella, hay resultados positivos y negativos. Pero me satisface comprobar que aquellos que quedan atrapados positivamente es porque han usado la cabeza. Me decía M: -Deberían verla todos los niños para que sepan que, si les ocurre eso (quedarse huérfanos), nadie les va a sacar las castañas del fuego: tendrán que buscarse la vida. Una película cuyas palabras iniciales te invitan a abandonar la sala (quizá en otra sala pongan la historia de un elfo feliz) y te advierte de que las cosas van a ir a peor, merece, de entrada, un enorme respeto. La estética procede de una imaginación asombrosa. Muestra uno de los pocos ejemplos que conozco de atemporalidad absoluta. Podría ser el siglo XX, el XIX, podría serlos todos y no ser ninguno. Me gusta eso porque la orfandad es algo que ocurre en cualquier época y en cualquier instancia. Todos nos quedamos huérfanos demasiado pronto. Después de Una serie de catastróficas desdichas... no entiendo cómo Disney tiene la vergüenza de seguir fabricando cosas como Chicken Little o Salvaje. No han aprendido nada a la hora de tratar la relación paterno-filial. Y supongo que, si seguimos yendo a ver a Disney, se debe únicamente a que tenemos la esperanza de que un día cambie y realice algo original. Venga, va. Échale un vistazo. Sé que Jim Carrey resulta cargante pero se puede disculpar ese defecto en una película en la que casi todo es ingenio. Pídele a Sunny sus dientes e híncalos a la película. Atrévete a conocer a los huérfanos Baudelaire.

7/5/06

Pequeño Woody Allen

Dicen los datos que casi 1.200 personas fuimos a ver Pequeño Manhattan en toda España. No es mucha gente. Mejor. Pude verla, solitario, en una gran sala y reirme a gusto durante la hora y media de proyección. Después hay quien se queja de que todas las comedias americanas son iguales: las románticas y las alocadas. Bien, pues aquí había algo nuevo que la mayoría no supo, no quiso o no pudo ver. Ya sé, ya sé. Un niño de 10 años se enamora de una niña de 11. Suena a patochada. Pero bastan 5 minutos para descubrir que se trata de una apuesta fresca, desarmante y locamente simpática. El modo de introducirnos en la corriente de pensamiento de Gabe, la utilización de los efectos especiales y una fotografía luminosa te arrrastran sin remisión. Woody Allen planea en cada plano. Otro día hablaré de School of Rock, otra de esas comedias originales que se salen de la norma y que la mayoría no supo, no quiso o no pudo ver.