1/11/25

The Mastermind

Las anteriores películas de
Kelly Reichardt me gustaron (Meek’s Cutoff, First Cow, Showing Up). Me gustaron a su modo. La directora es singular -rarita- y no apta para todos los paladares. Pude acomodarme, mecerme, dejarme llevar, por su estilo extraño. No contaba mucho pero me introducía fácilmente en esas vidas.
The Mastermind no me ha gustado.
Es como un guion de los hermanos Coen dirigido por un Garci desganado.
Hay cosas potencialmente muy divertidas. Pero la directora no quiere que lo sean. O que no lo sean mucho. Quiere que sean absurdas, ridículas, sin más. Pienso, por poner sólo un ejemplo, en los niños en el coche de fuga. Rodada de otra manera eso pudo ser desternillante, pero tal y como está planteado no pasa de una sonrisilla en el mejor de los casos. Despoja cualquier aspiración épica en favor del realismo más ramplón.
James decide robar unos cuadros de Arthur Dove del museo de Framingham. Para él es un plan perfecto. El espectador asiste a la chapuza más boba que uno pueda imaginar.
La película cuenta, sin pasión, sin juicios, con distancia, el desmoronamiento de un hombre. Acaba son su carrera, con su familia, con cualquier posibilidad de hacer algo en la vida. Una película triste, con un protagonista tan estúpido que logra dejarnos indiferente a lo que le pasa.
Y lo que le pasa al final es muy irónico, muy triste y muy estúpido.
Ahora me pregunto: ¿los atracadores del Louvre vieron esta peli en Cannes?
Buena fotografía de aire setentero.

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