13/11/25

Deathstalker

Deathstalker
fue una de las peores cosas que le pudo pasar al cine de espada y brujería de los 80. Se ganó mala fama y luego era difícil lograr financiación para propuestas decentes.
Eran pelis malas a rabiar. En aquel entonces, cuanto más bajo era el presupuesto más desnudos gratuitos había (para economizar en vestuario, supongo). Y el presupuesto de Deathstalker era paupérrimo. Tan escaso que, a medida que iban haciendo pelis de la saga, usaban metraje de las anteriores películas para ahorrar. La IV, ya en el año 1991, era básicamente una mezcla de escenas de las tres anteriores -y de algún spin-off como las dos Barbarian Queen- con unos añadidos nuevos. Lo curioso es que cuanto peor era la peli, resultaba casi seguro que harían otra. La gente las veía para despiporrarse; en VHS, claro, no en cine. Hasta que en los 90 cambiaron las mentalidades. Y ya no podían hacerlo peor, la verdad.
Por eso he flipado cuando veo que reinician Deathstalker.
Sigue siendo serie B. Presupuesto bajo. Pero es deliberado. La película es un homenaje, pura nostalgia, al cine de espada y brujería de los 80. Efectos prácticos, decorados falsos, esqueletos a lo Ray Harryhausen, muñecos, prótesis… Nada de ordenadores.
Una aventura ochentera salida de un juego de rol de fantasía. El guerrero se topa con el mago torpe y luego con la ladrona. Y forman un equipo para derrotar al Mal. Recuerda a Madmartigan y Willow con Sorsha, a Luke Skywalker con Yoda y Leia… A todos esos equipos de inadaptados itinerantes que salvan el mundo.
La peli tiene muchísima sangre. Borbotones de sangre. Desmembramientos, cabezas serradas, arrancadas, monstruos babosos, asquerosas resurrecciones…
Sólo para melancólicos de la magia de los 80 que sepan apreciar aquellas historias cutres hechas con el corazón. No esperaba nada, es entretenida pero, sobre todo, sabe tocar la esencia de lo que habla.

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