Es
un poco doloroso decir que la echaron a perder.
La
historia general es buena, tiene unos cuantos diálogos jugosos,
la adolescente no es imbécil (al contrario), matan gente que no
esperabas que mataran, la
intriga funciona como una buena trama de cine negro…
Casi todo está en su sitio.
¿Qué
es lo malo? Las interpretaciones. O mejor dicho, la dirección de
actores. Porque están Ethan
Hawke,
Jeanne
Tripplehorn,
Kyle
MacLachlan,
Tim
Blake Nelson,
Peter
Dinklage…
Y todos sobreactuados, histriónicos, exagerados. Como principiantes
en una obra de teatro de instituto. Aspavientos y declamaciones. En
el capítulo 5 aparece Dinklage
y las interpretaciones rozan lo insoportable.
Estamos
en Tulsa y Lee Raybon tiene una librería además de escribir en el
periódico. También le gusta meter las narices donde no le llaman y
eso le va a traer problemas cuando muera Dale Washberg en un más que
cuestionable suicidio. Lee sospecha que hay corrupción política
detrás de su muerte y chanchullos en la compra de tierras.
A
mí me encanta ver cómo le dan palizas al detective y cómo vuelve a
por más. Es de ese género. Gente tomando malas decisiones, cargando
con las consecuencias, complicándose la vida. Pero de verdad que la
desmesura en las actuaciones me ha destrozado la serie por completo.
Era una trama con muchísimo potencial, bien planteada con un
protagonista original y una extensa galería de secundarios bien
escritos, con ese estilo sudista de gente extravagante. Pero lo
extravagante no tiene que ser todo gritos y gesticulaciones
ridículas.
Que haya un buen ritmo no implica que todo tenga que ser convulso.
También
es una de esas series que se pudo contar en una película de un par
de horas.
Una
pena. Había buen material ahí.

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