Charlie
Big Potatoes es el ordenador cuántico más potente. Su inventor se
niega a “despertarlo”. Una mujer, seleccionada para descifrar la
clave, se larga con el código pues también considera un peligro
despertar a Charlie.
Pienso
que funciona como entretenimiento a un nivel básico. Una mujer que
huye de policías corruptos, policías buenos, una megacorporación
con tentáculos… Al mismo tiempo pienso que se pueden poner muchas
pegas: incoherencias, reacciones. Que pueden ser salvadas en
beneficio de la acción y la huida hacia adelante. Pienso que el
final es caótico, caprichoso. Pienso que necesitaba un capítulo más
para dar un correcto cierre a los diversos personajes.
Todo
esos defectos son ciertos y se pueden soslayar para aceptar que el
espectáculo siga en marcha. Pero hay un problema de fondo del que no
nos desembarazamos en ningún momento: la protagonista.
No
está bien escrita. Nos dicen que es una genio que va siempre varios
pasos por delante. Pero no lo vemos en la práctica. Unas veces lo es
y cuando le interesa al guion deja de serlo. Nos dicen que es fría y
sin sentimientos. Pero de nuevo lo es hasta que deja de interesar.
Neil
Cross hizo Luther y creo que quiso convertir a Iris
Nixon en la nueva Alice Morgan. Pero nunca llegamos a empatizar con
Iris del modo que sí lo hacíamos con la malvada Alice. Según
Cameron, su oponente/amigo, siempre juega al póker y miente. Tal vez
esa es la cuestión. Miente tanto que nunca la entendemos. Es difícil
entrar de lleno en una serie si no te atrae el protagonista. Y por
mucho que arrastre la imagen, la acción, el dinamismo de los giros,
se queda todo en algo superficial, aleatorio.
Tom
Hollander sí tiene un personaje bien escrito y él lo interpreta
de manera magnífica. Niamh Algar lo tiene muy difícil para
construir un personaje ya confuso desde el papel. Joy está sólo
para que el guion gire cuando convenga; provoca más desconcierto que
sorpresas efectivas. Hugo Pym era un buen malo hasta que deja de
serlo abruptamente.
Te
puedes dejar llevar por la agilidad de la imagen, múltiples
escenarios y atractivos varios, pero la serie se olvida fácil porque
no resiste el más mínimo análisis. Sobran tramas, personajes,
ruido. Toda la trama de polis corruptos, por ejemplo, es totalmente
innecesaria. Y no es la única, pero tampoco quiero desvelar qué
otras, aparentemente sustanciales, son prescindibles.

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