Hacía
mucho que no comentaba capítulos sueltos. Ya he explicado por qué
le veo más sentido a considerar las temporadas completas. Pero hay
veces -pocas, raras- en que ves dos capítulos y sabes que estás
ante la mejor serie del año. O una de las mejores.
Vince
Gilligan.
No se cansan de decir que es el tío que parió Breaking
Bad
y Better
Call Saul.
Y se les olvida decir que también dio a luz Expediente
X,
cosa que, en este caso, quizá sea más relevante.
Dentro
de 439 días, hora arriba, hora abajo, una tecnología alienígena
terminará con la guerra, el sufrimiento, el odio. Estaremos
condenados a ser
felices. Una onda nos unificará y nos controlará mentalmente a
todos. ¿Todos? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos
resiste… Perdón. Es que me emociono. Resisten 13
personas en el mundo. Una de ellas es Carol (Rhea
Seehorn)
en Albuquerque.
Carol
escribe bodrios de literatura romántica-erótica con mucho éxito.
Ella sabe que es basura, es una cascarrabias, y si ya estaba enfadada
antes del evento, perder a Helen (editora, amante) le va a colocar
con
muy mala leche en
el polo opuesto de la felicidad universal que ha invadido la Tierra.
Trama
que engancha desde el primer segundo, secuencia apocalíptica
hipnótica, planificación extraordinaria (travellings, profundidad
de campo incisiva,
ángulos perturbadores)… Y
un humor tan absurdo como eficaz, con ocurrencias que te vuelan la
cabeza (ese tío colgando de la grúa, la cumbre de Bilbao en el Air
Force One).
No
me esperaba que los Reyes Magos llegaran tan pronto.

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