9/3/25

Presence

-Las malas decisiones tienden a durar para siempre.
No veo mucho sentido a la mayoría de las críticas que he leído. Algunas hasta se quejan de que no sea de terror. Ninguna película tiene la obligación de ser de terror. Y ésta desde luego en ningún momento sugiere que vaya a serlo. Otros se quejan de la ejecución. Tampoco lo entiendo mucho. Sí puedo ponerle alguna pega (ahora, enseguida lo hago) pero si hay algo que hace bien Soderbergh es usar la cámara. Otros protestan por el guion y digo lo mismo: pondré alguna pega pero David Koepp suele escribir buenos guiones.
Vamos con la ejecución: me parece muy adecuado, elegante y fluido el uso de la cámara. Como en Flow. No es la cámara en mano que se agita dolorosamente. Son travellings suaves en los que la cámara tiene más presencia que nunca. La cámara es protagonista, la cámara es otro personaje. La vidente retrocede ante la cámara, los personajes la siguen con los ojos e incluso expresa sentimientos. Porque la cámara es el fantasma, es el director, es el espectador. Es alguien. ¿Qué le reprocho? Que por ser un fantasma debería atravesar suelos y paredes y no lo hace ni una sola vez.
El guion de Koepp me parece bien escrito. A veces abrupto, desconcertante, no sabemos de qué hablan porque el fantasma (la cámara) llega in medio res. Pero todo lo que dicen construye la atmósfera y las personalidades. Le reprocho que sea tan liviano y epidérmico.
El final me gusta. A mucha gente no y también lo entiendo. Esos juegos paradójicos siempre dejan espectadores dañados, efectos colaterales indeseados.
Una película muy bien ejecutada (pese a lo que digan) pero que necesitaba algo más de profundidad.

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