Si
nos atenemos a su composición podemos decir que tiene momentos
tramposos y manipuladores. Si nos fijamos en lo emocional es una
película opresiva, desoladora, con una puesta en escena angustiosa a
la vez que fría.
Odinn
es poli. Viudo tras el suicidio de su esposa. Ahora está con su hija
a la que realmente no conoce bien. Al mismo tiempo reabre un caso de
hace 40 años acerca de unos jóvenes que murieron en un
reformatorio.
No
está mal pero no es nada
original. Me sorprende que haya llegado a los cines. Es claramente
una película de plataforma.
Su
atmósfera, a medida que avanza el relato, se vuelve cada vez más
enrarecida, personajes con traumas enormes, psicologías
desquiciadas, reacciones extremas hasta llegar a lo terrorífico
(algunas veces justificadamente, otras no). Alternamos lo que sucedió
hace 40 años, siguiendo a una chica llamada Aldis, con la
investigación del poli mientras lidia con su nueva situación
familiar.
Sí:
ambas cosas se darán la mano de forma devastadora.
Tiene
una secuencia muy lograda: el almacén con la grabación, en la que
entrelazan con habilidad pasado y presente.
Película
islandesa. Creo que si tomaran un poco más de sol esta clase de
historias perturbadoras no se les ocurrirían. Pero es lo que hay.
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