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relatos de ciencia-ficción, de bajo presupuesto pero decentes en su
ejecución, sin pretender ir más allá de lo que son, apostando por
la idea más que por el espectáculo. Como siempre en estos casos los
hay mejores y peores.
El
título original es Tales Beyond the Galaxy. El título
castellano es una memez.
Hiperlumínico.
Resalto dos cosas. La primera es que en el espacio no hay arriba y
abajo, pero el primer plano es una mujer cabeza abajo. Y eso basta
para mostrar que las cosas no van bien. La segunda: es una variante
interesante a las paradojas temporales, a eso de que no puede haber
dos yo (o dos tú) al mismo tiempo en el mismo lugar. Normalmente
todas las pelis evitan eso. Aquí lo afrontan y plantean un dilema
ético.
Recursión.
Una nave se acerca al deshabitado planeta TL 14 para buscar recursos.
El problema es que hay una tormenta que lleva allí unos 2000 años.
Otro problema es que alguien emite una señal electrónica desde hace
52 años. Otro pequeño juguete temporal bastante más flojito que el
anterior. Su corte abrupto no aclara nada y deja toda una tripulación
sin explicarnos qué pinta ahí.
Ricitos
de oro. Gliese 773C. Diversas expediciones buscan un planeta
habitable. Ash acaba de descubrir que lleva 8 meses desactualizado de
los demás. Mezcla bien la trama de ciencia-ficción y el drama
emocional. Final demasiado sencillo pero tal vez al cine actual le
faltan finales así. No son necesarios 20 minutos para concluir.
La
guerra de Zilly. Me gusta que la nave sea sencilla, funcional
y un velero solar. Me gusta que la prota, por lógica, sea insociable
y prefiera estudiar una planta de un planeta lejano antes que vivir
con humanos. Me gusta que tienda a lo contemplativo. Está bien
dirigido. Es sugerente. El final abierto a quizá demasiadas
interpretaciones.
El
lado oscuro. A Sam Bowman lo envían para rescatar a la
tripulación de una nave. Pero no sólo no lo logra sino que ahora él
mismo corre peligro de no poder volver a casa. Ay. Eso de que el amor
todo lo puede…
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