Bannister
tiene un negocio con tres socios fantasmas. Los socios asustan a la
gente y Bannister limpia la casa de fantasmas. Garantía de 6 meses.
Pero un fantasma asesino ha llegado a la ciudad y ya ha matado a 36
personas cuando empieza la película.
1996.
Digo la fecha porque faltaba sólo un lustro para que Peter
Jackson
hiciera El
señor de los anillos.
5 años de diferencia nada más. Y parece que hubiera todo un
universo cinematográfico de por medio. Técnico y conceptual.
La
película tiene más
de
Bitelchús
que de
Cazafantasmas.
Peter
Jackson
y Fran
Walsh
buscaron a Danny
Elfman
para componer la banda sonora porque querían crear una atmósfera
similar, entre lo terrorífico y la comedia. Pero Agárrame
esos fantasmas
tiene una personalidad propia muy marcada.
Hay
algo con lo me cuesta bastante tragar en la película y si no
existiese saldría
ganando: el agente del FBI. Un tipo muy cansino. Un pesado de tomo y
lomo. Uno se plantea que, si está ahí, es porque en vida o tras la
muerte tendría algún papel relevante en la resolución de los
hechos. Pero no es así. Tras dar la tabarra e irse al más allá no
volvemos a saber de él.
El
resto de la película me parece bastante solvente Es entretenida,
juguetona, manejando razonablemente el batido de géneros: terror,
comedia, romance, policíaca.
Michael
J. Fox
se movía como pez en el agua con el personaje de Bannister, un
investigador psíquico, desgarbado, traumatizado y timador.
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