Los
hermanos Russo
son expertos en desperdiciar millones que no se ven traducidos en
pantalla.
Con Vengadores
la cosa les salió bien porque pillaron a Marvel en la cima. Las
pelis eran malas pero el público aún iba por inercia.
320
millones (más publicidad) ha costado esta película. Y no se ve el
dinero por parte alguna. Bueno, sí:
en los bolsillos de los Russo,
Chris
Pratt
y Millie
Bobby Brown.
Que me parece bien que les paguen un pastón. Pero la peli es,
básicamente, un par de actores en una chatarrería.
También
creo que, con Estado
eléctrico,
todo el mundo se dará cuenta de lo infantiloides que son los Russo.
No infantiles. Infantiloides. Porque es lícito hacer una peli
infantil. Estado
eléctrico
no es para niños pero es de lo más ñoño que te puedes echar a la
cara. Infinity
War
y Endgame
ya lo eran mucho pero la gente estaba hipnotizada. Los Russo
estaban viviendo de las rentas que dejó Joss
Whedon.
El
argumento no tiene ningún sentido. Me pasé la película entera
tratando de averiguar porque es necesario… su punto esencial. Y es
que es un capricho. No tiene sentido. Igual que lo colateral a ese
hecho: robots, realidad virtual, drones… cambios en la trama según
convenga. Un guion absurdo que no se preocupa jamás en explicarse.
Creo
que es criticable cada apartado, desde lo cinematográfico a la
financiación, postproducción, voces de actores que no vemos,
fotografía, giros de guion (¡lo del malo es malísimo, de lo peor
que he visto en pantalla alguna vez!).
Es
lo que pasa con las pelis malas. Puedes cebarte a hacer chistes o
retirarte porque hasta te cansa hablar de ello. Normalmente me pasa
lo segundo.
Aquí
lo dejo.
Una
apabullante decepción.
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