Nate
es inmune al dolor físico. Durante el atraco a un banco los ladrones
secuestran a su novia, llevándosela como rehén. Nate va a utilizar
su enfermedad como herramienta.
La
primera media hora pudo abreviarse. La relación chico-chica,
el drama personal de los dos no necesitaba tanto desarrollo. Entiendo
que lo hacen por el punto de giro que vendrá luego, pero pienso que
pudo llegarse antes al meollo del asunto sin perder en intensidad.
Otra
pega que le pongo es su concepto. Creo que tratan de reflejar que un
tipo que no siente nada físicamente puede sentir mucho
emocionalmente. Ahí sí creo que debieron encontrar un momento
catárquico.
Pero
no hay que tenérselo mucho en cuenta. La película es una macarrada
sangrienta y divertida, una pugna para ver cuál de las dos cosas
gana: las barbaridades que sufre el protagonista o los chistes a
costa de ello. Los modos de curarse también pueden alterar a
espectadores sensibles.
Recuerda
a Crank, a Hardcore Henry, a Shoot’Em Up, a gente que
debería estar muerta en el minuto 5 pero que el guion necesita que
siga en pie hasta el final. Y más allá.
La
interpretación de Jack Quaid me ha gustado más que en La acompañante. Un entretenimiento bestia bien llevado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario