Zoey se encuentra en una máquina de resonancia magnética cuando hay un terremoto.
Eso le da un superpoder: puede oír las canciones que tiene la gente en la
cabeza en formato número musical.
La extraordinaria playlist de Zoey no es tan
extraordinaria como se cree. De hecho es muy poco extraordinaria. Lo único
verdaderamente original es su punto de arranque.
Lo
demás no son más que lugares comunes, clichés y situaciones prefabricadas para
construir unos números musicales que no son especialmente memorables. Y cuanto
más avanzan los capítulos menos memorables son.
La
música es buena y Jane Levy tiene cierto magnetismo. El resto de los
personajes importan poco o nada. Poco los padres (la emoción es epidérmica, el
drama no es fuerte salvo en algún momento) y nada sus compañeros de trabajo.
Para
mí es una decepción. De todos modos, si lo que quieres es buen rollo, colorines
bonitos y solidarizarte con la confusión emocional de Zoey te puede servir. Pero
recuerda que te dará menos de lo que esperas.
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