En
el reparto están Jessica Chastain, Geena Davis, Colin Farrell,
John Malkovich, Common, Joan Chen… ¿Puede salir algo mal?
Pues claro. En concreto todo lo demás.
Ava
es una asesina a sueldo que, de pronto, se ha convertido en un objetivo. Así
que te dispones para averiguar qué misterios y conspiraciones hay ahí detrás.
Pero la película no va de eso. Va, sobre todo, de un culebrón familiar que roza
lo vergonzoso por su puerilidad. Ava, su madre, su hermana, su novio… Ella va a
reuniones de anónimos de algún tipo, visita a su madre en el hospital, trata de
hacer las paces con la hermana… Estás esperando que todo eso se una, de algún
modo, con la trama importante.
Yo
sigo esperando.
Porque
la trama de asesinos no tiene ningún misterio. Te lo explican todo enseguida y,
en el fondo, no pasa de ser otra trifulca casera inverosímil, bastante absurda,
sin mucho sentido.
Lo
de la asesina a sueldo es un género que Luc Besson ha usado con
frecuencia y ha recibido bastantes críticas. Acertadamente, creo. Pero Besson
tiene, al menos, cierto sentido del espectáculo y siempre te saca coreografías
de peleas interesantes. O, en Atómica, David Leitch te ofrecía un
travelling de 10 minutos. Y qué vamos a decir de Killing Eve. Pero lo de Ava
es, sencillamente, un espanto.
Un
guión pésimo con diálogos sonrojantes. Una película tan pretenciosa como tonta.
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