3/7/24

En tierra de santos y pecadores

-Aquí termina todo para personas como nosotros. En un páramo azotado por el viento.
1974. Un comando del IRA, tras un atentado en Belfast, se refugia en un pequeño pueblecito. Allí vive Finbar, que tiene sus propias habilidades criminales.
Creo que es hora de que triunfe el término liamneesonada para definir un género: persona de más de 70 años que se lía la manta a la cabeza y se enzarza en el género de acción.
Lo primero que hay que decir es que, siendo muy similar conceptualmente al género, es bastante superior. La primera escena ya remite a un nivel de dramatismo serio que no suele tener este tipo de películas. Después viene una dirección de fotografía coherente y una planificación eficaz. Y el guion, una vez asumido que hay cosas que tienen que pasar, está bien desarrollado.
Hay personajes escritos con solidez aunque aparezcan poco. Kerry Condon es una estupenda villana, pero también el otro asesino a sueldo (Jack Gleeson), el policía local (Ciarán Hinds) y una generosa galería de secundarios que aportan sustancia creíble al relato.
Se esfuerza por construir el drama, aporta matices a cada criminal, expresa decisiones lógicas. Lo más caprichoso y casual es esa bala que anda rodando por ahí sin ton ni son. La cuestión es que cuando llega el momento culminante funciona muy bien, desde los momentos previos, crecientes en tensión, hasta el espléndido enfrentamiento final.
Y es dura y cruda cuando debe serlo.
Bastante bien. Un entretenimiento con algo que contar y que no se limita a la venganza pura y dura.

2/7/24

Blue Giant

En cuanto cumple 18 años, Dai Miyamoto se traslada a Tokio con el objetivo de triunfar en su pasión: tocar jazz con el saxo.
Espectacular. Utilizar la animación para contar esta historia me parece todo un acierto porque el anime se pone al servicio de la música, se convierte en jazz. Los dibujos arrancan brillos metálicos, se transforman en transparencias, los colores se vuelven fluidos, navegamos en la abstracción, el blanco y negro… Y la cámara, libre, fluye junto con la música, se vuelve narrativa.
No sé mucho de jazz, a mí me ha sonado bien. Pero es evidente que la conjunción de música y anime logra una gran fuerza artística. Tiene una potencia visual que es una barbaridad.
La historia es buena. Dai, con su saxo, descubre a un pianista de técnica magistral. Luego incorporarán a un batería malillo pero con pasión por aprender. Los tres quieren llegar a tocar en el So Blue, el local reservado para los grandes del jazz o, al menos, las grandes promesas del jazz.
Seguimos los avatares de la banda que, como siempre, tienen sus disputas, altibajos y, desde luego, un punto de tragedia, un giro traumático. Puede ser convencional pero no suena falso: su aparente estereotipo no es más que un homenaje a tantas y tantas bandas de jazz, es atrapar la esencia de sus historias.
Al mismo tiempo consigue mostrar la amistad de los tres chicos, su proceso de maduración artística y personal, la aceptación de que a veces la vida da limones a unos y a otros no.
Ágil, fluida, interesante, jamás se estanca.
-Esto es jazz.

1/7/24

Supacell. Temporada 1

Le gustaría ser
Moving pero se queda en Héroes.
La idea me parece buenísima. Algunos negros comienzan a desarrollar superpoderes. Los negros como raza superior. La primera secuencia nos muestra que alguien (¿gobierno?) ya está tomando medidas. Aunque no queda claro si es racismo, si es miedo a los mutantes tipo X-Men, ambas cosas o experimentación. En cualquier caso es una idea para explotar ampliamente.
El potencial no se cumple.
Primer gran error: viajes en el tiempo. La gente no aprende. Fue el error de Héroes y uno de los muchos aciertos, al evitarlos, de Moving. Segundo error: están más interesados en el submundo de los delincuentes negros que en la trama en sí. Si Rapman pretende hacer una defensa racial se equivoca por completo. Da una imagen pésima: mafiosos, maltratadores y enfrentados entre sí. Para sus letras de rap puede estar bien. En la serie se lleva casi todo el metraje y es superfluo. Y puros estereotipos.
También tiene fallos de esos de subirse a un coche de día y al segundo siguiente es de noche. Pasa varias veces.
Cosas que sí me gustan: su tono realista (sin mallas), algunos toques de humor (los meta sobre todo), ciertas estructuras de desarrollo de la acción (ya dije que otras no) y que no tienen que salvar al mundo sino a la chica.
Además es british y se nota ese acento un poco hooligan y un poco flemático.
La cuestión de fondo es que lo que cuenta se pudo hacer en una película de 100 minutos. Es poco más que una introducción, todo queda abierto, aún en proceso de construirse. 6 capítulos para reunir al supergrupo.
Y no está muy clara la renovación a una segunda temporada. Tú verás.
Eddie Marsan es el malote.