23/9/23

Moving. Temporada 1

-Un fracaso deliberado no es un fracaso.
Han tenido que venir los coreanos a decirnos cómo se hace una serie de superhéroes, cómo se debieron hacer los X-Men, cómo se usa la rueda.
Moving es un drama que usa los superhéroes como detonante. Y si desarrollan 20 capítulos es por una buena razón: para cuestionar las estructuras de las series, para darle un vuelco a los dogmas.
Los primeros 7 capítulos se centran en los adolescentes. Vamos conociendo ese mundo, detalles del pasado, conflictos colaterales, personajes que se van conectando. Los 20 primeros minutos del capítulo 5 son un pormenorizado bullying exasperante que desemboca en una secuencia de enorme brutalidad.
Después vienen capítulos por parejas, de géneros distintos. Podrían ser películas independientes. Los episodios 8 y 9, calmados, serenos, pasarían por una historia de espionaje y amor que bebe de John le Carré. El 10 y 11 (con momentos salvajes nivel estratosférico) son para El Monstruo y el género de la mafia. El 12 y 13 son un par de dramas matrimoniales (que devastador el final del 13 aunque ya sabes qué pasará).
1x14 es el puente de la infancia para depositarnos en el 1x15 y retomar las cosas donde quedaron en el 1x07. Puede sonar raro pero es otra prueba de lo seguros que se sienten los guionistas en lo que hacen. Y funciona por la gran profundidad que han dado a los personajes.
Los únicos que me parecieron más flojos fueron el 1x16 y el 1x17. Ahí sí hubo demasiado artificio para manejar la tensión y la historia del director del instituto no aportó mucho.
Los tres capítulos finales son una escalada de palizas a lo bestia entremezcladas con magníficos pequeños detalles que siguen construyendo el drama.
Pero además hay cosas como los traumas de los padres, las semillas del conflicto, los intereses políticos de Corea del Sur, del Norte, Estados Unidos, China… Un despliegue de personajes, tramas, géneros entrecruzados, una serie río que crece y crece.
Por cierto: qué sensibilidad para desarrollar poco a poco esa historia de amor adolescente.
No terminé de entender el papel del chico rebelde y la chica influencer. Son los dos puntos más débiles en una serie de grandísimo nivel que se merienda a cualquier vulgaridad realizada por Marvel, DC o Sony.
Y qué pedazo de final, qué maravilla, leche. Para mí una de las series del año y eso que hay cosas del cine coreano a las que aún me cuesta adaptarme.

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