Lo
que cuenta es cómo se transforma una banda de moteros, los Vandals,
en una década. Comienzan con carreras, algunos líos con la poli,
peleas porque son muy machos, se incorporan jovenzuelos
descerebrados, ex-combatientes de Vietnam, pasan de la cerveza a la
marihuana, de la maría a la heroína, de puños a navajas, de
navajas a pistolas, se hacen decididamente criminales, droga, juego,
prostitución, ejecuciones…
Las
escenas de violencia son potentísimas. Son peleas en las que rara
vez hay muertos pero son brutales. Ese modo de rodarlas se extiende a
toda la película: es intensa, con ritmo, muy bien montada, se han
estudiado a Scorsese.
La película tiene fuerza.
La
estructura: entrevistan a Kathy (Jodie
Comer)
esposa de Benny (Austin
Butler)
que era la mano derecha del líder Johnny (Tom
Hardy).
Ella relata los cambios desde su punto de vista.
Jodie
Comer.
Personaje y actriz. Personaje: Kathy.
A
mí cuesta entenderlo, pero todos sabemos que pasar, pasa. La chica
modosita que se enamora
del
chico malote.
Además
acentúan el contraste con el vestuario, la voz atiplada, su aparente
ingenuidad… Me costó aceptarlo. Pero hay que reconocer que Jodie
Comer
hace una interpretación tremenda. Y no quiero desmerecer la de
Butler
y Hardy,
pero ellos están en lo que esperas.
Me
ha gustado bastante. De algún modo creo que el material es tan
fuerte que debería dejarnos más huella. Tal vez ya se han contado
muchas pelis de mafias, tal vez el mundo motero/mafia ya no interesa
tanto. Tal vez quiere abarcar demasiado en dos horas. No es memorable
pero sí es digna de verse y, como digo, está muy bien dirigida.
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