La
película tiene dos cosas buenas: la secuencia de apertura y la
comedia.
La
secuencia de apertura. Venga, levantad la mano los que pensáis que
ahí estaba la verdadera película que nos habría gustado ver. Todos
la habéis levantado. Yo me habría quedado muy a gusto en 1904 con
la Sociedad de Aventureros de Manhattan.
La
comedia. Pues curiosamente funciona. A mí, al menos, me han gustado
casi todos los chistes, bromas y gags.
Pero
hay problemas gordísimos. Hay demasiada gente, demasiados
cazafantasmas (¿he contado 12?) y demasiados tipos reclamando su
cuota de protagonismo y sus chistes (por buenos que sean). Y eso
significa que ni profundiza en los personajes ni, por ende, logra que
nos identifiquemos con ellos. El montaje son meros saltos, el ritmo
se quiebra, la historia se estanca y el espectador se pregunta si
realmente llegaremos a ver ese imperio helado. Lo verás pero es un
tanto decepcionante.
¿Aburrida?
Pues la verdad es que a ratos sí. A todos nos gustó Cazafantasmas: Más allá
y esperábamos mucho de esta continuación. Pero no se trata de
expectativas. Realmente hay un bajón notable en guion y
caracterización de personajes. En la primera parte Phoebe se llevó
la gloria. Conscientes de ello, los responsables quieren convertirla
en el personaje principal, pero encasillarla en adolescente un pelín
rebelde es un cliché. Entiéndeme: la interacción con Melody sigue
haciéndola el mejor personaje pero, ¿no hubo mejores ideas?
Total,
que no sé si realmente merece la pena como mero entretenimiento. Hay
una escena inter-créditos que no aporta mucho.
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