Dejamos, hace ya tres años, a la familia Atreides casi extinta, víctima de los juegos de
poder entre el Emperador, los Harkonnen y las Bene Gesserit. Sin
embargo, poco a poco, Paul Atreides se va configurando como el
salvador que estaban esperando los Fremen. Al menos muchos de ellos.
Villeneuve
vuelve a demostrar su poderío visual. Realmente tiene una
perspicacia inusitada para encontrar una nueva colocación a la
cámara de modo que todo resulte impactante. Esas gigantescas
maquinarias sobre el desierto obligan a filmar sólo porciones de
ellas si se quiere mostrar la acción humana. Y eso da idea de la
envergadura del armamento bélico. Y juega muy bien con la
profundidad de campo, con las cosas que pasan tras la acción
principal.
Tengo
algunos problemas con el montaje en su último acto. El viaje del
norte al sur es tan sencillo, tan fulminante, que te cuesta entender
que sí, que ya están ahí. La audiencia de los Harkonnen ante el
Emperador ocurre de modo igualmente súbito y no encuentro una razón
para ello. Lo mismo me pasa con el inicio de la batalla final.
Millones de personas están ahí de golpe.
En
una película que se toma todo con calma (y no tengo nada en contra
del ritmo, porque me parece adecuado) sorprenden esos saltos bruscos,
esos cortes apresurados. Reconozcamos que, puestos a cortar, había
otros fragmentos menos relevantes.
Me
ha gustado mucho pero no me parece la obra maestra en la que algunos
la quieren convertir. No tiene soltura para conjugar géneros y, sobre todo, aspira a ser una tragedia griega sin que mueran los buenos. Y eso no puede ser. Creo que le habría sentado mejor un poquito de humor antes que esa solemnidad demasiado exagerada a veces.
En
las interpretaciones me quedo con Javier
Bardem
(siempre se toma muy en serio lo que hace y encuentra el tono
adecuado) y Rebecca
Ferguson
tanto como madre de Paul como Bene Gesserit. Y lo siento pero sigo
pensando que Timothée
Chalamet
no es adecuado. Tiene dos registros: modo susurros y modo gritos. Que
sí, chicas, que es guapito y ese aire lánguido y ausente, como
perdido, da ganas de recogerlo y ponerlo en la cesta junto con el
gato. Pero no es una gran actor. Al menos de momento.
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