Unos
tipos van tras el Duque (Adrián
Suar)
y secuestran a su sobrina. Así que el Duque recluta a su equipo de
agentes internacionales: un israelí (hacker), un mexicano
(explosivos, piloto y lo que haga falta), una española (Maggie
Civantos
en una secuencia muy Indiana
Jones
en Tánger) y al Malcosido. Qué personaje.
La
película es muy sencillita. No tiene nada de llamativo, nada que la
haga destacar, pero tampoco tiene nada despreciable y está rodada
con solvencia.
La
película tiene dos estilos muy diferentes: un tono dramático y uno
cómico. El cómico funciona y, en mi opinión, cuanto más cómico,
mejor película es. El dramático no funciona. Para nada. En primer
lugar porque no te lo crees. Porque tienes ahí la comedia para
decirte que esto no va en serio y porque los hechos en sí no son
llevados al extremo. Incluso los aspectos que podrían ser más
fuertes, son tratados con amabilidad.
Adrián
Suar
es un especialista en comedia y se nota que aquí no está del todo
cómodo. En las partes divertidas se suelta el pelo con lo que mejor
sabe hacer y en las dramáticas no encuentra el tono. No es culpa
suya. Es el guión.
Las
escenas de acción están resueltas con oficio, ya sean peleas o
persecuciones, pero se nota que están cortitos de presupuesto y
duran lo justo.
La
película no ofrece un segundo de descanso. Otra cosa es que a veces
no tenga lógica, pero probablemente eso no le importa a nadie.
Discreta
tirando a floja pero entretenida.
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