Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
Todos
los años, cuando se acerca Halloween, llega un hervor de películas de terror.
Como si no hubiese suficientes a lo largo del año. Yo diría que cada semana se
estrenan tres. Y cerca del 1 noviembre casi todas lo son. Yo
te voy a recomendar La casa encantada,
que ni es terror, ni es en color, ni tiene sonido. Es una peli muda de Buster
Keaton que dura 20 minutos pero que, muy probablemente, tiene más cine que
todas esas pelis que se estrenan en estas fechas. La
casa encantada es del año 1921, cuando ni siquiera sabían lo que eran los
géneros cinematográficos, no tenían que ceñirse a esquemas y entendían que el
cine era libérrimo y podías hacer lo que te diese la gana. Así que aquí tenías
comedia, “terror”, atraco a un banco, representaciones teatrales, persecuciones
y todo ese despliegue de parkour del
que siempre hacía gala Buster Keaton. Incluye
un paseo hacia el cielo y el infierno. Completísima, como ves, no te quejes.
-Hablaban
de hachas. -Pues
parecía que hablaran de mujeres. Una
mujer con sus dos hijas viaja a una isla desierta para no ver jamás a un
hombre. Pero en la isla desierta vive un hombre con dos hijos desde hace 20
años con la intención de no ver jamás a una mujer. Una
comedia de enredo sobre la guerra de sexos. Ni contigo ni sin ti. Curiosa.
Me gusta, en primer lugar, ese aire de cuento, de gente con gorgueras y magia y
barcos naufragados. Me gusta también ese lenguaje de teatro rimado que no se
ata en exceso y salta de lo florido a lo común. Creo que es lo más logrado,
mantiene el tono gracioso y se acomoda bien a las respectivas situaciones. No
sólo funciona ese aire poético en las reflexiones sobre la atracción, el amor o
la ternura, sino que también es resultón en esas retahílas de insultos
alambicados que se lanzan. Pienso
que no está tan logrado el hecho de que, junto a la comedia, haya una clara
intencionalidad de análisis, un razonar sobre la atracción y las diferencias. Y
ahí no profundiza gran cosa. ¿Quizá porque es un problema que no hemos resuelto
desde los inicios de la humanidad? Puede. No pido resolverlo, es que me siento
en un péndulo que oscila entre lo intelectual y la tontería. No sé. Es raro. Lo
que no me funcionó en absoluto fue el enredo final durante la erupción del
volcán. Esa secuencia sobra: todo ha sido desvelado y sabemos que ese
acontecimiento no va a ninguna parte. Y es una pena porque quiebran el ritmo
justo en el final. Alargan la historia cuando ya estaba pidiendo el cierre. Una
comedia entretenida, ingeniosa en muchos momentos, sugerente. Pienso que debió
ser mejor, que había material para ello. Pero al lado de los productos
habituales, La ternura, sin
ser muy buena, es la mejor comedia española en años.
La
idea original era buena. Todo lo demás está mal: una historia sin trabajar que
entra en contradicción consigo misma; un guión lleno de giros que, sin embargo,
se vuelve previsible y poco impactante; una puesta en escena casi risible
cuando intenta imitar a otras películas similares. La
hija de Ben Affleck, inspector de la policía, fue secuestrada hace 4
años. Ahora, mientras trata de detener el atraco a un banco va a descubrir una
foto de su hija en una caja fuerte. Un
mundo de hipnotistas que pueden hacer creer cualquier cosa a cualquier persona
con sólo una palabra. Esto es muy bonito y podría dar para un peliculón pero
hay algo en el guión de lo que nadie pareció darse cuenta: que quizá no es así,
que quizá sean necesarios un montón de hipnotizadores para hipnotizar a una
sola persona. Es uno de los muchos absurdos del guión. Robert
Rodríguez
es un director enamorado de la serie B. Muchas de sus películas tienen ese
estilo deliberadamente. Pero este no es el caso y ni siquiera podemos achacar
los fallos a eso. El nivel de producción es bueno pero, sencillamente, no hay
por dónde coger la historia. En
los créditos finales hay otra escena más. Otro despropósito aún mayor, otro
giro de guión, que tiene aún menos sentido que todo lo visto anteriormente.
Obviamente busca la posibilidad de una segunda parte. Pero
eso no va a pasar.
Comienza
la película y me preocupa que vaya a ser La
tumba de las luciérnagas dirigida por Miyazaki. Es un arranque
de una potencia feroz y de una belleza devastadora. El director utiliza la
animación digital superpuesta a la manual para construir una secuencia que te
noquea y te deslumbra. El fuego. Y
sí: es La tumba de las luciérnagas,
pero también es El viaje de Chihiro
y La princesa Mononoke y Mi vecino Totoro y El castillo ambulante… Es todo su
mundo, sus mantras, sus símbolos a los que vuelve y revuelve. Es lo que ha
construido en toda una vida. Y yo quiero ver otras conexiones que no son de
Ghibli. El niño y la bestia es
muy evidente. Algunos me hicieron notar que Petite maman tenía algo de Ghibli y me parece que ahora Miyazaki
devuelve el guiño. El chico y la garza no es comprensible de
forma inmediata. Y quizá por muchos visionados que se le hagan seguirá sin
entenderse del todo porque, tal vez, algunos de esos símbolos, son sólo para el
director. Pero no es necesaria la comprensión total. Es Arte y basta con la
intuición, con deslizarnos en las olas del azar o del destino, en el vaivén de
la vida, en lo incomprensible y en lo trascendental. En
cierto modo lo único original que hay aquí es que presenciamos el proceso de
maduración de un chico. Casi siempre tuvimos chicas en el universo de Miyazaki.
Y aquí tenemos a Mahito Maki tratando de asumir lo inconcebible (la muerte de
la madre). Y llega una garza. Que va y viene y se toma su tiempo hasta que a él
le llegue el suyo. Y entonces accedemos al espacio de los miedos, dudas, ideales,
frustraciones, objetivos. Maduración, conocimiento de uno mismo. Lo de siempre.
Pero en manos de Miyazaki lo de siempre es siempre alucinante. Pero
qué bonita, sobre todo. Qué imaginación tan portentosa, qué criaturas tan
extrañas, qué escenarios oníricos, qué seres tan feos y encantadores, qué forma
de descubrir la belleza más allá de la apariencia. Tiene 82 años y no ha
renunciado a la más pura imaginación infantil, a ese saber qué todo es posible. ¡Ah! ¡Y hay humor! Pues
espero que Miyazaki no se retire. No hay tantos directores de cine que
sepan lo que es el cine de verdad. No creo que ningún otro director iguale su nivel de creatividad. Y, cuando ya no lo tengamos,
buscaremos una garza y un guía en forma humana que nos conduzcan por el mundo
de las cosas importantes.
1.
Han pasado 371 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
La huelga de actores se alarga. Eso significa que Misión Imposible pasa a estrenarse en mayo de 2025, Un lugar tranquilo: Día Uno en junio
de 2024, Bob Esponja en
diciembre de 2025… Y lo que vendrá. 3.
James Cameron ha comentado, orgulloso, que estuvo un año escribiendo el
guión de Avatar 2 y lo tiró a
la basura porque no era bastante bueno. En fin, no quiero hacer comentarios
crueles, pero visto el guión final de Avatar
2… Se me ocurren chistes y memes por docenas. 4.
Dejar el mundo atrás sugiere
cosas buenas y malas. Las buenas: Sam Esmail, Julia Roberts, Ethan
Hawke. Las malas: es la productora de los Obama. Espero que no se
convierta en un panfleto diciéndonos lo que debemos hacer (y que ellos no
hicieron cuando podían).
-Sepa
que le quieren. En
Longharvest Lane, Londres, aparece el cadáver de un hombre con muchos enigmas. Para
nosotros, espectadores, el principal de ellos es que aparece en 1890, 1941,
2023 y 2053. Dicen
que es muy complicada y enrevesada. No pienso igual. Es una historia de viajes
en el tiempo y eso significa paradojas. Es lo que significa la palabra: no es
una contradicción, no es absurdo, no tiene respuesta convencional pero se puede
defender lógicamente. Buscar la solución es perderse uno mismo. Simplemente hay
que aceptar la propuesta. Este
tipo de historias suelen convertirse, desde un punto de vista estrictamente
cinematográfico, en un ejercicio de montaje. Pueden mostrarlo de modo
cronológico o pueden alternarlo como quieran. La edición es el gran valor. Y en
mi opinión está bien editada. Juegan con el espectador, claro, pero ese
proyecto para instaurar una dictadura en el Reino Unido, con casi dos siglos de
antelación, se resuelve muy bien. Las historias de los personajes se proyectan
de modo cabal respecto a sus personalidades. Me gustan las pantallas partidas y
las conexiones entre los personajes ya viajen en el tiempo con una maquinita o
de modo natural: se hacen mayores. De
los 4 momentos temporales me cojea un poco la historia de 1941. Aun así tiene
algunos buenos momentos como los bombardeos de Londres. Hay
un bucle. Está la secta que quiere mantener ese bucle y está la resistencia que
se opone a la repetición. Y la máquina del tiempo: la Garganta. Una pequeña
mitología que no sé muy bien cómo se puede seguir explorando, pero la última
escena dice que tal vez. Hay
algo que me gusta bastante. El bucle cambia cuando siembran la duda. No es algo
espectacular ni grandioso ni una escena de acción loca. Simplemente cambian el
modo de ser de un hombre con unas palabras. Y eso modifica sutilmente su modo
de reaccionar y las consecuencias se amplifican en el futuro. No
está mal. No rompe moldes en viajes temporales pero mantiene el suspense en
todo momento.
Como
el resto de tribus indias, los Osage fueron relegados a una reserva. Luego
apareció petróleo en sus tierras y, durante un tiempo, fueron las personas con
más renta per cápita del mundo. Hasta que empezaron a ser asesinados
sistemáticamente. Son
tres horas y media bastante llenas. Scorsese cuenta muchas cosas. Las
tradiciones indias, la avaricia de los blancos, los años 20 con sus
prehistóricos automóviles corriendo por las calles, el Ku Klux Klan, el
racismo, la masonería, el inicio del FBI… Y el petróleo. Esa fuente de dinero
que corrompía todo. El
montaje vuelve a ser de Thelma Schoonmaker. Impecable, como siempre.
Esas imágenes en blanco y negro con insertos de texto en plan cine mudo, esos
cortes abruptos hacia otra secuencia o hacia un breve flashback que da información importante… El guión nos conduce entre
las diversas situaciones de esos años, haciendo que todos los elementos
confluyan de forma orgánica. Me
ha gustado muchísimo la interpretación de Lily Gladstone. Qué
expresividad tan imponente desde la sobriedad. Lo que hace con el personaje de
Molly es traumático. No me ha gustado nada el personaje de Leonardo DiCaprio.
Ojo: no digo que actúe mal. Es que me confunde su personalidad. Un mafiosillo
que muchas veces parece (es) un tío más bien cortito, sin muchas luces. Otras
veces parece muy avispado. No es una cuestión interpretativa, es que le han
dado una psicología que me saca de la película en ocasiones. De Niro
está muy bien en su repelente personaje, un ser viperino y despreciable. Aunque
ahí también veo el problema de que su sobrino no se dé cuenta de lo malvado que
es. Es
una película muy buena pero, por ponerle un pero, creo que a Scorsese le
pasa lo mismo que en Silencio:
es demasiado exhaustivo. Quiere contarlo todo, desplegar ante nosotros una
época, demostrar que ha investigado, mostrar un panorama enorme. Y en el
propósito pierde el foco. La esencia queda difuminada en la apabullante
reconstrucción histórica. En
cualquier caso es un acierto que los momentos más fuertes estén en los
diálogos, no en los tiroteos y la acción. Y es un importante testimonio de otro
de los múltiples genocidios que Estados Unidos ha ocultado durante años. Deberían
hacérselo mirar. Mi
momento favorito, casi al final, no carente de humor: Ernest se da cuenta, al
fin, de lo de la insulina y su expresión es de estupefacción. Y Jesse Plemons
le mira como diciendo: este tío es idiota. Qué
gran idea contarnos el epílogo en un supuesto true crime radiofónico en vez de usar los habituales textos con
fotos.
Dublín.
Flora dejó el instituto, tuvo un hijo a los 17, pasó emporrada su adolescencia
y su vida es una sucesión de trabajos ocasionales. Su hijo roba y el poli,
comprensivo, le da un último aviso antes de enviarle al reformatorio. Flora
encuentra una guitarra. Empieza a tomar clases por internet con un profesor de
Los Ángeles. Todos
sabemos en qué consiste el cine de John Carney: hace una película para
mostrar una canción o dos que ha compuesto. A su alrededor construye un drama.
Quiere repetir el éxito que tuvo con Once y que casi alcanzó en Begin Again, pero me temo que tal cosa no volverá a ocurrir. Pienso
que se nota mucho lo impostado de las situaciones. Por un lado tenemos la
marginalidad social, el lenguaje basto, el aire a lo Ken Loach. Y no me
lo acabo de creer. Veo que los personajes no son tan garrulos como pretende
mostrarlos. La relación entre Flora y su hijo parece más de hermanos.
Ciertamente hay poca diferencia de edad entre ellos y ella es muy inmadura,
pero no me convencen los actores. Me
interesan más esas reflexiones sobre la música, sobre encontrar la belleza, lo
trascendente, la sugerencia, la evocación… La relación a distancia entre alumna
y profesor va creciendo y se convierten en confidentes, se cuentan su vida,
exploran en su interior para ver qué tienen que decir musicalmente. Carney tiene dificultades
para encontrar el camino entre el drama social y el cuento de hadas y la
película se resiente. No está mal pero tampoco es destacable.
-Bienvenidos
a los Estados Unidos Una
parejita emigra a los Estados Unidos. Ella española, él venezolano. En control
de inmigración van a hacerles unas preguntitas. Mientras
la veía pensé muchas veces en Reality.
Ambas duran 75 minutos, ambas consisten en un interrogatorio, en ambas hay un
secretillo que alguien oculta, ambas podrían ser una obra teatral y, en ambas,
lo pasas de puñetera angustia. Qué
agobio. Alberto Ammann y Bruna Cusí lo
bordan. Unas interpretaciones monumentales. Eso es lo más importante en este
tipo de películas. Arrancamos
con todo en orden: tienen la visa de trabajo y los papeles en regla. Una cierta
inquietud por el bolsillo en el que has dejado el pasaporte. Pero en control de
inmigración tienen algunos datos nuevos. Más
allá del ejercicio de tensión que supone la película, me parece interesante el
modo de tratar los problemas de los inmigrantes. No el hecho de irse a Estados
Unidos, sino el de un venezolano que busca una nacionalidad. La que sea, algo
que le diga que es un ciudadano en este mundo, que pertenece a algún sitio. Que
la principal interrogadora sea latina también dice mucho. Está
muy bien que lo encarnen de un modo tan personal y en una circunstancia tan
concreta porque cuando llega el final de la película lo importante es la
pareja: ¿y ahora, qué?
1.
Han pasado 364 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
Marvel ha realizado 32 películas. Kevin Feige dice que sólo han rascado
la superficie. En eso estoy de acuerdo: 32 películas superficiales salvo alguna
excepción. Espero que un día compren los derechos los coreanos y hagan el Moving de Marvel. 3.
Todavía se recuerda cómo Warner Bros. canceló el estreno de Batgirl. Depués de ver el tráiler de
Wonka creo que deberían hacer
lo mismo. Seguro que Batgirl
era mejor que esto. 4.
He visto el primer capítulo de La
caída de la casa Usher. No sé si seguir. Me provoca la sensación de que
ya me la sé: misma estética, mismos personajes con otras caras (a veces las mismas caras), mismos traumas… Me
gusta Flanagan. O me gustaba. Elclub de la medianoche me aburrió y ahora, ¿más de los mismo? 5.
Dice Scorsese que si la gente puede maratonear 5 horas viendo una serie,
bien puede estar 3 horas y media en el cine viendo Los asesinos de la luna. Todos sabemos que las cosas no
funcionan así. No lo pone fácil. Pero, claro, como él no tiene otra cosa que
hacer…
-No
huyó. Está racionando. Hace
meses comprobé que esta película se estrenaría en cines. Pero recientemente volví
a revisar y ya no. O al menos ya no hay fecha prevista de estreno. Ha quedado a
merced de las mareas caprichosas de las plataformas. Bram Stoker no nos dijo mucho
sobre el Démeter salvo que Drácula llegó en él y que, obviamente, nadie
sobrevivió. Pero Bram Stoker no tenía el cuaderno de bitácora del
capitán y los guionistas de la peli sí. Me
parece una película bastante buena. Dirección, fotografía, creación de la
atmósfera e incluso guión. Está desarrollado de forma inteligente. ¿Qué
juega en su contra? En primer lugar diría que el hecho de que sabemos el final.
En segundo lugar algo que descubrimos progresivamente: se parece a Alien.
O a Alien 2, si quieres, por la presencia de ese niño. No está mal esa
trasposición de la nave espacial al barco decimonónico pero efectivamente hay
paralelismos claros. Finalmente
creo que el gran obstáculo es la representación de Drácula. La audiencia más
joven se ha acostumbrado en los últimos años a ver vampiros como caballeros
atildados románticos (por decirlo suavemente) o, como mucho, como elegantes
hedonistas con sus perversiones. Pero este Drácula es… otra cosa. Y a mí me
parece un acierto el regreso a lo repugnante, la metáfora del mal absoluto, el
ser desalmado. Lo
que no está nada bien es el plan final para intentar cargarse a Drácula.
Personalmente no me aclaré de qué pretendían hacer. Sospecho que tampoco lo
sabían los guionistas y por eso lo dejan confuso. No
es una gran película, no se convertirá en un clásico, pero sí es una revisión
interesante de Drácula. Espero
que sea un paso para volver a los vampiros de verdad.
-Puedo
improvisar. Si tengo tiempo para organizarme con antelación. Me
sigue sorprendiendo muchísimo la cantidad de mujeres asesinas que hay en las
series francesas. En un capítulo hasta 4. No
puedo añadir mucho a lo ya mencionado en temporadas anteriores. Se trata de un
procedimental policiaco, sin más, en el que lo interesante son las relaciones
entre la comandante Raphaëlle y Astrid, la teniente autista del archivo. Sigo
echando en falta un avance en la relación entre Astrid y su ¿novio? También
entre Astrid y su hermano. Y también ese crossover entre Astrid y Morgane
Alvaro de Alta capacidad intelectual.
La cosa es que introdujeron personajes en temporadas anteriores y ahora no
saben cómo gestionarlos. Los
planteamientos de los casos suelen estar bien. Un tanto alambicados con un
punto de increíble y, en algunos casos, juegan estupendamente la ambigüedad. En
ese sentido mi favorito es el 4x06. La mujer que vino del futuro para apuñalar
a un ecologista. Me
gustó el de ajedrez, pero simplemente porque me gusta el ajedrez. El grupito de
ayuda autista es maravilloso. Qué personajes tan majos. El
último capítulo es interesante porque la comandante es acusada de asesinato.
Nunca la habíamos visto vulnerable y es una actuación diferente.
Es
un documental sobre Kathryn Bigelow y, lamento decirlo, no lo
recomiendo. Es
enormemente epidérmico. El análisis de las películas es paupérrimo. En realidad
casi no existe análisis de las películas. La
directora (Michèle Dominici) es francesa y busca introducir sus ideas,
no las de Bigelow. Cosas como las de género, patriarcado, tensión
sexual, puede que aparezcan someramente en alguna de sus películas. Acero azul, por ejemplo. Pero ni son
una constante ni son el tema principal. Así que la directora busca a alguien
que insista sobre ello. Pero lo cierto es que a Bigelow le han importado
muy poco todas esas cuestiones. Todos
sabemos que la forma en que rueda Bigelow la violencia es muy personal,
muy original. Y sí, se habla mucho de ello pero no llegan a la clave. Bigelow
a veces dirige una escena de acción preparándola muchísimo, repitiéndola muchas
veces en ensayos antes de rodar. Otras veces deja mucho a la improvisación de
los actores y de los operadores de cámara. Ambas cosas le sirven porque lo que
busca es una cinética. No la violencia en sí sino el impacto, la tensión, que
el movimiento produce en el espectador. Es la cámara lo determinante. Y no
llegan a esa conclusión porque, insisto, es un documental muy superficial. El
único que aporta algo interesante es John Boyega. Bigelow no quiso aparecer. Lo
entiendo perfectamente. Incluso las imágenes de archivo que usan sobre ella
resultan forzadas, como cuando muestran planos girándose en una silla, sin
decir nada. Es
unos de esos documentales que dice más de quien dirige que de la persona o el
cine a analizar. Dura
50 minutos, cosa que es un alivio porque, para no decir nada, ya es mucho.
En
el municipio de Kolarängen se va a empezar a construir un centro comercial que
nadie quiere. Salvo los funcionarios del ayuntamiento y la casa rural. Así que
se reúnen en la casa rural para celebrarlo. Y
mientras surgen las dudas sobre posibles expropiaciones irregulares, corrupción,
delitos ambientales y otras cosillas por el estilo, alguien empieza a matarlos. La
peli es eso: sangre y humor (sueco). Pienso
que se exceden un poco en su tramo inicial presentándonos la cuestión
“política”. Demasiado largo. No era necesario tanto metraje para mostrarnos las
corruptelas. Dejando
eso al margen tiene unas cuantas cosas positivas: la psicología de los
personajes (y son muchos) está bastante definida y el montaje es muy bueno. Me
gusta el asesino. Se ve que lo hace todo en un arrebato: es muy bestia pero
tiene pocas luces. No es un genio criminal con todo organizado. La pifia a lo
grande y, si vence, es por lo aterrorizados que están los demás. Un tío que se
cree Rambo pero que es bastante torpe. Entretenida
si te van esas muertes muy sangrientas y muy absurdas, no aburre y tiene sus
momentos graciosos, pero tampoco aporta gran cosa al género.
1.
Han pasado 357 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
Daredevil: Born Again tenía
rodados la mitad de sus episodios. Disney ha decidido tirar todo, echar a los
guionistas, empezar de cero. La última vez que hicieron eso fue con Invasión Secreta y lograron la peor
calificación en una serie de Marvel. 3.
Bob Iger acaba de descubrir que las películas de Disney perdieron 900
millones este año. Se siente agotado y abrumado. Todos, incluso él, conocemos
la solución. Pero, ¿cómo toreas con tropecientos lobbies en decenas de
compañías con ideas opuestas? 4.
Cuentan que Warner Bros iba a despedir a Amber Heard de Aquaman. Elon Musk llamó a
Warner y les dijo que les iba a quemar la casa si no cumplían el contrato. ¿Qué
hizo Warner? Pues lo mismo que habríamos hecho tú y yo si nos llamara Elon
Musk: agachar las orejas.
-Me
opuse porque estabas vivo. Pero ahora estás muerto. Pero
qué bien se lo pasa Omar Sy. Y nosotros con él. Me
ha gustado aún más que las anteriores. Más rocambolesca, más engaños al
espectador, más consciente de que debe sorprendernos cuando creemos que ya lo
sabemos todo. Por supuesto hay que pasar por alto ciertos engaños que parecen
ir muy lejos y esos juegos de montaje para ocultarnos información son
descarados. Pero no importa en absoluto porque estamos ahí precisamente para
eso, para ser engañados como en un truco de magia. Esos
flashback hacia el pasado no suelo
llevarlos bien. Aquí, en gran parte, me parecían juegos ociosos esas historias
de la adolescencia de Assane Diop. Pero los guionistas han sido hábiles
también ahí. Es otro truco de prestidigitador, otro desviarnos la atención en
una dirección cuando en realidad los flashback
están ahí para contarnos otra cosa. También
me parece que el ritmo es mucho más acertado en esta ocasión. Los primeros
capítulos son muy rápidos y luego sube aún más la apuesta con la aparición de
un personaje del pasado de Sanni. La relación entre los personajes funciona muy
bien, especialmente entre Lupin y el inspector Ganimard. Esas secuencias en que
ambos colaboran juntos me parecieron muy graciosas. Se me queda un poquito
descolgada (sólo un poco) la periodista. El
conjunto está muy bien. Hay un esfuerzo notable en el guión. Somos espectadores
resabiados y me encanta que aún sepan engatusarnos.
Éste
es un ejercicio de tensión y suspense sin ninguna otra finalidad. Ese mimo
hacia las palabras que tenía Dahl se nota de modo muy especial. El
relato es una minuciosa descripción de cada acto, desde quitarse unos zapatos a
cómo se pone una inyección. El
final es algo perturbador. Parece que la finalidad fuese narrar una enemistad.
Y no habría sido necesario pues el objetivo no era ése. Pero sea bienvenido el
mensaje de cómo podemos irritarnos por una tontería, por el orgullo de no
reconocer nuestra equivocación. Me
gusta el escenario de la casa, el análisis previo que se ha hecho para alzar
los muros en los lugares oportunos dejando que la cámara fluya libremente. Como
en La maravillosa historia de Henry Sugar vuelven a estar presentes Benedict Cumberbatch, Dev
Patel, Ben Kingsley y Ralph Fiennes. Creo
que en alguna otra ocasión he comentado el dominio que tiene Cumberbatch
de la voz. Aquí habla casi siempre en susurros y sólo puedo decir que qué bien
susurra. 15
minutos.
Creo
que es difícil compartir las decisiones creativas de Anderson en este
cortometraje. La narración no siempre cuadra con lo que se cuenta verbalmente.
El hecho de que Ernie y Raymond solamente aparezcan uno cada vez, nunca juntos,
excepto una ocasión en que resultan ser cuatro, hace que la historia se vuelva
confusa. La
escenografía también es bastante limitada. Aunque debo reconocer que lo que
hace con la vía del tren y, particularmente, con el paso del tren, me gustó
bastante. Ralph Fiennes es Dahl y Rupert
Friend encarna a Peter adulto y lleva la voz cantante. Tampoco
es que esté entre mis historias favoritas de Dahl. Pienso que no está
bien cerrada y que Anderson no se molestado en buscar su propia
moraleja, su particular mensaje. Ese muro blanco con la puerta minimalista y
algunas otras cosillas me dan la sensación de que no tenía muy claro hacia
dónde dirigir el cuento. Vuelve
a ahorrar mucho dinero en efectos especiales y en peluches. 15
minutos.
-¿No
te parece que te estás pasando muchísimo? Ok-ju
fue bailarina hasta que ocurrió un accidente. Luego trabajó en una empresa de
seguridad. Ahora hace cosillas aquí y allá. Cuando muere una amiga se lo toma
como algo personal. Mal
el título original. Todos sabemos que el año que viene habrá otra Ballerina basada en el universo de John Wick y parece que ésta quiere
sacar rédito de algo que no es. La
fotografía no me gusta. Todo parece una discoteca. Hasta la noche de un jardín
parece un azul neón. El
montaje general me parece estupendo. Cortes abruptos, saltos bruscos para ir al
grano y que el espectador deduzca. El montaje de otros momentos es un horror:
la mayoría de las peleas son tan movidas que no las ves. El
guión es sencillo pero a menudo llamativo. Es una historia de venganza, sin
más, pero suceden cosas que sorprenden.Es genial esa secuencia en que el jefe mafioso pide a Ok-ju que se
siente. Por decirlo de algún modo suena realista, no se ata a lo que esperas, a
te damos esto porque es lo que esperas que te demos. Aunque te lo dan. Pero de
modo diferente. Alterna
momentos muy sórdidos y crudos con otros casi humorísticos como ese matrimonio
de feriantes vendedores de armas. Te quedas en plan: ¿esto a qué viene? Pero no
queda mal. Me
recuerda un poco a Nadie, pero con el tamiz coreano aún más burro. Una
peli algo rarita, algo caprichosa en su dirección, pero efectiva para los files del género de venganza.
Lo
primero que pensé es que si una película tunecina llega a las pantallas
españolas algo bueno tiene que tener. Lo segundo es que una trama policiaca es
un buen modo de introducirme en una cinematografía que desconozco. Lo
digo ya: para cinéfilos. Youssef Chebbi bebe, creo yo, de Michael
Haneke. El
inspector Batal y la inspectora Fatma investigan un cadáver carbonizado. Pero
poco a poco eso de prenderse fuego parece casi una epidemia, hasta el punto que
empiezan a pensar en algo sobrenatural, en brujería. Planos
casi abstractos, construcciones derruidas o inacabadas, paisajes desolados, un
retrato de Túnez casi post-apocalíptico. Una labor de fotografía imponente con
encuadres inquietantes, ángulos de hormigón, estilo casi expresionista en
ocasiones. La ciudad, la arquitectura, es el espejo de un país. Esos
Jardines de Cartago son una metáfora de las esperanzas truncadas de toda una
sociedad. Como
telón de fondo está la caída del antiguo Régimen y la llegada de la Revolución,
la Primavera Árabe, en la que nuevos tiranos ricos sustituyeron a otros. Una
Comisión investiga los crímenes que Estado y policía cometieron. Eso afecta a
ambos inspectores de modos diferentes. No
es una película policiaca. No es fantaterror. Es la película de un director que
sabe lo que es Cine con mayúscula, que entiende la importancia de los
símbolos.El fuego: fuego como
inmolación, fuego como castigo, fuego purificador. Culpa, conciencia,
desesperación… La
banda sonora son notas graves disonantes que colaboran a esa atmósfera de
tristeza. El
asesino va a la mezquita a rezar. ¿Asesino? ¿Ángel justiciero? ¿La misma
muerte? Qué plano (travelling a ras de suelo mientras están inclinados en
oración) tan elegante para presentárnoslo. Para intuirlo. En
una sociedad corrupta e injusta algo tiene que pasar, todo el mundo debe tener
su castigo. No
es para el gran público, más que nada por ese final tan así que a la mayoría no gustará, pero es una película con mucho cine.
1.
Han pasado 350 días desde el final de El
señor de los anillos: Los anillos de poder y Amazon aún no ha despedido
a J.D. Payne y Patrick McKay. 2.
Algunos decían que Vacaciones de
verano obligaría a cambiar a Santiago Segura porque ya no tenía
éxito. Es verdad que, en vez de 15 millones, recaudó 7. Pero es que 7 millones
es la segunda película española más taquillera del año. Total que mucho no va a
cambiar porque el director ha terminado de rodar Padre no hay más que uno 4. 3.
¿Estamos preparados para la nueva subida de precios de Netflix? 4.
¿Y están preparados los padres para La
patrulla canina que se estrena el miércoles? Eso sí va a ser un
taquillazo. ¿Cuándo se dará cuenta Hollywood de que valen más unos dibus
perrunos que unos mercenarios? 5.
Disney dice que con Wish
quiere dejar atrás a las princesas y apostar por heroínas. Curioso, porque vi
el tráiler y pensé: otra de princesas de Disney.
-Pues
ya están todos juntos. Espero vivir lo suficiente para ver cómo acaba todo
esto. Se
queda muy lejos de The Mandalorian
pero es bastante superior a cualquier otra serie de acción real de Star Wars. Es decir: segunda
posición a bastante distancia. Ya
comenté que no me gustó nada el 1x04 aunque a la mayoría de la gente le gustó.
Tras acabar la serie me reafirmo. Ahí están concentrados todos los defectos
que, con menos intensidad se ven en otros capítulos. A
efectos de guión me parecen mal todas esas decisiones sin sentido, ilógicas,
caprichosas. Decisiones forzadas para poner una pelea o para ser efectista o
para reconducir la trama. Por otra parte Dave Filoni, embarcado en
encontrar nuevos rumbos a Star Wars,
decidido a renovarla, cae en el error de contentar a los fans con la presencia
de Anakin/Darth Vader. Pues a mí no me contenta. Me repatea. Estoy de Anakin
hasta aquí. ¿Quieres liberarte? ¡Libérate! Pero deja de colarnos espejismos
vacíos simplemente para satisfacer a unos pocos. Los
guiones, sinceramente, son de garrafón. Los fans los elogian por el entramado
de referencias pero eso no es un guión. Es la lista de la compra. Y
es una pena porque sí hay un atisbo de nuevos mundos, de apertura de la
galaxia. Las brujas, las ballenas, la ambigüedad de muchos personajes… A
lo que voy es que The Mandalorian
es la historia de un tipo corriendo aventuras a su aire. Star Wars anda por ahí pero de
lejos. Él a lo suyo. Pero Ashoka
no logra despegarse de la historia de los Skywalker, de los clichés. Y por eso
la aventura es menos aventura, forzada a ceñirse a una plantilla. Si
en la siguiente temporada me ponen a Ashoka y Sabine enfrentadas a sus némesis,
construyendo sus ejércitos, explorando ese planeta, sería genial. Pero no será.
Seguiremos con la matraca del ciclo de Imperio y República, con los debates
imbéciles (vistos hasta la saciedad, absolutamente idénticos todos) del Senado de la República, con Thrawn lanzando sus magistrales planes
estratégicos: no tienen nave, vendrán por tierra. Genio. Lo
dice un personaje: hay que romper ese ciclo. Dave Filoni lo intenta
pero no termina de conseguirlo. Ah.
Todos los personajes son estiradísimos y el humor muy escaso.
De
todos los relatos de Roald Dahl éste es sin duda mi favorito. La
descripción que hace del desratizador siempre me parece fascinante. Pudo habernos dicho que un hombre se parecía a una rata, pero él prefirió hacer un
ejercicio previo de observación y después usar su capacidad magistral para poner en
palabras ese personaje describiendo físico, movimientos, hábitos... Me
decepciona un poco la adaptación. Tenía interés por ver cómo trasladaban a
imagen cierta secuencia. Y, en fin. Digamos que Anderson ahorra en
efectos especiales. No sólo en efectos especiales: ahorra en una lata. Pudo
comprar una lata, ¿no? Por muy justo que fuese el presupuesto, en los chinos
venden latas metálicas por 1 euro. Pero,
claro, es el señuelo. Si no muestra la lata tampoco tiene por qué mostrar un
hurón, una rata y la lucha de ambos. Si pudimos acudir a la imaginación para ver la lata, también podemos hacerlo
mientras el narrador nos lo cuenta. Ralph Fiennes es Roald Dahl y
el propio desratizador. 15
minutos.
-Sólo
lo supera la Medalla de Honor. Y para eso hay que morir. Una
agente inmobiliaria aparece cosida a puñaladas. Leo
que muchos la acusan de ser muy lenta. Señoras y señores, sepan que no todas
las películas tienen que tener el ritmo de los superhéroes. Hay películas que
deben ser lentas. Pero eso no significa que su ritmo esté mal. Aquí el tempo es
perfecto y Benicio del Toro sabe qué hacer con él. Es
verdad que pronto te haces una idea general de lo que se está cociendo. Si no
eres muy espabilado en las tramas cinematográficas, a la hora de metraje, sí o
sí, tienes que descubrirlo. Así que la cuestión no está tanto en quién es el asesino
sino en el camino de Tommy para llegar hasta allí. Él,
al igual que el espectador, se huele lo que pasa. Y por eso oculta un usb y
mira el ordenador en el servicio y mantiene un equilibrio. Sabe el lío que
tiene entre manos y es minucioso en los pasos que da. Me parece genial que
jamás engañen al espectador y vayamos de la mano del inspector de homicidios,
incluso en las intuiciones. Está
bien rodada. Con algunos planos curiosos, algunos símbolos interesantes. No
será un clásico del cine policiaco pero la he disfrutado bastante. Aunque no
invente nada nuevo se sale de las tramas convencionales. Por encima de la media.
Es
lo que tiene Wes Anderson. Lo mismo suelta una tontada como Asteroid
City que te ofrece una delicatesen como la presente. Este
mediometraje parece un audiolibro que escucharas mientras ves su libro
desplegable. La escenografía teatral se impone con rápidos cambios de
escenarios, los personajes pronuncian sus frases como si estuvieran leyendo
para sí mismos. A la par se dirigen de modo casi permanente a la cámara, al
espectador. Todo
ello logra efectos novedosos como el de un personaje hablando de sí mismo en
tercera persona o esas acotaciones en plan: Intente
abrir los ojos –le dije-. No podía. También
tiene algo de guiñol, de marionetas desplazándose en un reducido espacio, en un
encuadre 4:3 saturado de colores y con sobreexposición de luz (esto último no
me gusta –me digo-. Ya podía quitarse esa manía de encima). Ese Cumberbatch
caminando sin moverse del sitio, los cambios de vestuario, las diferentes
estéticas para narrar una historia dentro de otra historia dentro de… Muy
juguetona. Empezamos
viento a Roald Dahl (Ralph Fiennes) que escribe la historia de
Henry Sugar (Benedict Cumberbatch). Y cuando éste lee un libro asistimos
a la historia del hombre que veía sin usar los ojos con Ben Kingsley y Dev
Patel. Y al acabar la historia regresamos a Sugar. Y al terminar Sugar
volvemos a Dahl. 37
minutos de duración (hablando rápidamente) que exigen tanta concentración como
si estuvieras entrenando para ver sin ojos.
-Hagamos
lo que se nos da bien. 1915.
Japón domina Corea. Pero en el territorio de Gando las cosas no están tan
claras. Por allí circulan coreanos, japoneses, manchúes y chinos. Y los restos
de una resistencia. Y unos bandidos que mantienen la llama del reino de Joseon.
Y una asesina a sueldo. Western.
¿Si lo hacen en Corea podríamos llamarlo Eastern? En castellano no triunfaría: Voy a ver una peli del Este. O tal vez
como spaghetti-western podríamos
hablar de un ramen-western. Pero eso
es esta serie: un Western que gustaría a Peckinpah, John Ford y Sergio Leone por
igual. Y,
bueno, a John Wick. Porque
aunque a Lee Yoon no lo llaman Baba Yaga lo llaman la Parca. Qué
gran nivel. No tan buena como Moving
con sus superhéroes porque el problema de La canción de los bandidos es que lo tiene todo. Todos los
clichés. Pero con su propia idiosincrasia. Quizá podríamos hablar de todos los
homenajes a todas las películas clásicas del Oeste. A veces suena algo forzado
el modo de introducir los elementos. Por ejemplo ese ejército que se planta
ante el hotel de Myeongjeong sin que nadie parezca enterarse. A veces los
personajes cambian su carácter porque es necesario para la trama. Como el
fumador de opio. El
primer capítulo es un drama muy sólido. Necesario para establecer las bases de
ese universo. Qué buen guión. Luego empiezan a desmelenarse y es más
desenfadada, más loca en la acción, con magnanimidad en sangre y peleas acrobáticas. La
banda sonora va desde música a lo Ennio Morricone con guitarra española
y silbidos hasta el pop o el rock. En
fin, que aunque es efectista es muy entretenida, bien rodada, planificada y con
los tropos del género bien asimilados.