La protagonista, Reality Leigh Winner, estuvo en la Fuerza Aérea. Habla varias lenguas de Oriente Medio y ahora es traductora. Un día el FBI se presenta en su casa para registrarla por una violación de seguridad.
La película dura 80 minutos y es, básicamente, un interrogatorio. En ese sentido tiene mucho de teatral porque sólo hay 3 personajes con sustancia y los escenarios son limitados.
El tema de fondo es la filtración de las pruebas que demostraban que Rusia había intervenido en las elecciones de Estados Unidos y cómo el FBI considera que Reality es la fuente.
Hay tres cosas interesantes en esta película minimalista. En primer lugar el modo en que han rellenado los huecos que no son diálogo o cómo ponen “en blanco” las frases censuradas. En segundo lugar cómo hacen crecer la tensión, cómo logran que ese agobio de la protagonista se te contagie. Y en tercer lugar la sobrecogedora interpretación de Sydney Sweeney: su desconcierto inicial, la incomodidad posterior, la angustia progresiva…
Y, en fin, me parece curioso que el nombre de la protagonista real sea Reality y nos deje una bofetada de realidad. Muy bien ese caracol.
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