2/10/23

La maravillosa historia de Henry Sugar

Es lo que tiene
Wes Anderson. Lo mismo suelta una tontada como Asteroid City que te ofrece una delicatesen como la presente.
Este mediometraje parece un audiolibro que escucharas mientras ves su libro desplegable. La escenografía teatral se impone con rápidos cambios de escenarios, los personajes pronuncian sus frases como si estuvieran leyendo para sí mismos. A la par se dirigen de modo casi permanente a la cámara, al espectador.
Todo ello logra efectos novedosos como el de un personaje hablando de sí mismo en tercera persona o esas acotaciones en plan: Intente abrir los ojos –le dije-. No podía.
También tiene algo de guiñol, de marionetas desplazándose en un reducido espacio, en un encuadre 4:3 saturado de colores y con sobreexposición de luz (esto último no me gusta –me digo-. Ya podía quitarse esa manía de encima). Ese Cumberbatch caminando sin moverse del sitio, los cambios de vestuario, las diferentes estéticas para narrar una historia dentro de otra historia dentro de… Muy juguetona.
Empezamos viento a Roald Dahl (Ralph Fiennes) que escribe la historia de Henry Sugar (Benedict Cumberbatch). Y cuando éste lee un libro asistimos a la historia del hombre que veía sin usar los ojos con Ben Kingsley y Dev Patel. Y al acabar la historia regresamos a Sugar. Y al terminar Sugar volvemos a Dahl.
37 minutos de duración (hablando rápidamente) que exigen tanta concentración como si estuvieras entrenando para ver sin ojos.

No hay comentarios: