30/10/23

La ternura

-Hablaban de hachas.
-Pues parecía que hablaran de mujeres.
Una mujer con sus dos hijas viaja a una isla desierta para no ver jamás a un hombre. Pero en la isla desierta vive un hombre con dos hijos desde hace 20 años con la intención de no ver jamás a una mujer.
Una comedia de enredo sobre la guerra de sexos. Ni contigo ni sin ti.
Curiosa. Me gusta, en primer lugar, ese aire de cuento, de gente con gorgueras y magia y barcos naufragados. Me gusta también ese lenguaje de teatro rimado que no se ata en exceso y salta de lo florido a lo común. Creo que es lo más logrado, mantiene el tono gracioso y se acomoda bien a las respectivas situaciones. No sólo funciona ese aire poético en las reflexiones sobre la atracción, el amor o la ternura, sino que también es resultón en esas retahílas de insultos alambicados que se lanzan.
Pienso que no está tan logrado el hecho de que, junto a la comedia, haya una clara intencionalidad de análisis, un razonar sobre la atracción y las diferencias. Y ahí no profundiza gran cosa. ¿Quizá porque es un problema que no hemos resuelto desde los inicios de la humanidad? Puede. No pido resolverlo, es que me siento en un péndulo que oscila entre lo intelectual y la tontería. No sé. Es raro.
Lo que no me funcionó en absoluto fue el enredo final durante la erupción del volcán. Esa secuencia sobra: todo ha sido desvelado y sabemos que ese acontecimiento no va a ninguna parte. Y es una pena porque quiebran el ritmo justo en el final. Alargan la historia cuando ya estaba pidiendo el cierre.
Una comedia entretenida, ingeniosa en muchos momentos, sugerente. Pienso que debió ser mejor, que había material para ello. Pero al lado de los productos habituales, La ternura, sin ser muy buena, es la mejor comedia española en años.

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