Rosebud no explicaba al Ciudadano.
Sigue siendo solamente un Individuo.
Eso es lo bueno: es inagotable.
Como ocurre con todo el buen cine.
Como ocurre con la vida.
Crítica y opinión de cine y series.
Al
igual que la primera temporada son episodios para ver en pareja. Quiero decir
que la idea es verlos de dos en dos, no que sea obligatorio verlos con alguien
más al lado. Dos capítulos componen una historia, un crimen, una trama. En vez
de ser seis, son ocho. Al igual que la primera temporada hay casos mejores y peores por lo que me resulta
bastante irregular. Y
al igual que en la primera temporada sigo sin entender muy bien a sus
personajes. No sé. Es como en las series belgas, que no entiendes bien las reacciones
de la gente. En muchas series australianas (The Gulf incluida) pasa lo mismo. Y no sé si belgas o
australianos son gente rara (bueno, los belgas sí lo son) o si es una decisión
de guión, un deseo voluntario de que no entendamos ni simpaticemos con los
personajes. Los
últimos diez minutos de la temporada dejan una pequeña bomba y una gran bomba.
Parece que desplazar el interés de Jess a Justin será obligatorio. Porque
llevamos 14 capítulos y sabemos bien poco del inspector.
Una
prisión de mujeres en el espacio. Las prisioneras son una policía a la que
tendieron una trampa, cuatro tipas muy chifladas con un plan y una mucho más misteriosa
que todas las demás. -Te
dije que habría problemas. Pues
claro. No ha llegado la hora del desayuno y ya la han liado. La
crítica la ha tratado mal y los espectadores también. Y no lo entiendo porque
yo he disfrutado bastante. Un
motín que nos conduce a una aventura por la galaxia. Una serie con una gran
ventaja: no sabemos qué está pasando, por qué derroteros nos llevan. No es el
manoseamiento de Star Wars en
el que ya sabemos lo que va a pasar, no es la pretenciosa Star Trek. No conocemos el pasado de
ese mundo y entramos de lleno en él sin datos. Todo suena a nuevo. Semejante a
lo que nos pasó con Firefly,
salvando las distancias, claro. Creo
que el gran fallo de Intergalactic
es que resulta demasiado dramática, tiste y a veces hasta cruda. Y debería
tener más humor. En ocasiones es bastante oscura, progresivamente amarga a
medida que avanzan los capítulos y conocemos el pasado de los personajes. Una
aventura no merece ese tono. El capítulo 6 es un capítulo paréntesis que aporta
poco y flojea mucho. Pese
a ello me parece mucho más entretenida de lo que dejan ver las valoraciones.
Buena producción, buen ritmo, personajes bien construidos. Y además se arriesga
a mostrar que los ecologistas son los malos.
Con
temas como el Alzheimer es fácil caer en los clichés. Suelo huir de estas
películas. Pero el año pasado se estrenaron Relic y El padre,
con puntos de vista originales. Quería dejar pasar el tiempo entre ambas. En
primer lugar para evitar comparaciones y, en segundo, porque uno no está para
ver dramones sobre un mismo tema todos los días. Diré
primero lo único negativo: es demasiado teatral. Lo
demás está muy bien. Con Anthony Hopkins y Olivia Colman, dos
intérpretes siempre descomunales hagan lo que hagan, tienes la mitad de la
película hecha. Y de apoyo Olivia Williams y Mark Gatiss. Para
salirse de lo teatral la dirección juega bien las bazas de ese apartamento.
Esas puertas como aperturas de la memoria a espacios y tiempos erróneos. Un
lugar donde la mente, que ya no está allí, trata de anclarse, un espacio al que
aferrarse cuando lo nuevo es efímero y sin esperanza. La
misma puerta te lleva a un trastero, a un hospital, a una sinapsis equivocada.
La identidad se desmorona pero, al mismo tiempo, te dice quién eres: lo que más
arraigado llevas en el corazón. Las hijas. Bien
planteada y desarrollada, situándonos en el punto de vista del enfermo. Nos
descubrimos teniendo breves momentos de lucidez pero, principalmente,
encadenamos situaciones que no podremos ya nunca hilvanar correctamente. El guión
conjuga muy bien la evolución general de la trama con conversaciones tensas e
intrigantes.
1.
No me llaman la atención los estrenos de esta semana. Te cuento mi plan, que no
sé si cumpliré. Lo primero es ver El
padre. Y quiero terminar series que tengo a medias desde hace semanas o
meses: Intergalactic, The Gulf y El crepúsculo (The Gloaming).
También me gustaría terminar Para toda
la humanidad pero no creo que tenga tiempo. 2. The
Republic of Sarah. En Greylock descubren coltán. La empresa entra a saco.
Sarah encuentra un agujero legal por el que Greylock, en realidad, no es Estados
Unidos. Y se independizan. Desconcertante. Podría ser tan inteligente como El ala oeste de la Casa Blanca o The Good Wife pero prefiere ser Las chicas Gilmore. He visto 2
capítulos pero no creo que siga. Aunque tiene bastantes cosas interesantes. 3.
Ay, Spielberg. Hace sólo un par de años criticaba a Netflix por su
modelo de producción/distribución. Esta semana han firmado un acuerdo para
hacer múltiples películas por año. Como lo de Pedro Sánchez y los
indultos. En dos años, si no te gustan mis principios, tengo otros. Cómo somos
los humanos. 4.
Oriol Paulo se lanza a por Los
renglones torcidos de Dios. Es una trama que sí se presta mucho a los
juegos del director. Barbara Lennie será Alice Gould.
-¿Te
has comido a alguien? No me refiero por placer. Lo
digo en serio. La serie de zombis que se debería ver es ésta. Y no esa otra de
la que todo el mundo habla y que ahora mismo no me acuerdo cómo se titula. Aquí
no cogen a los mismos personajes de siempre y los ponen en una granja a decir
bobadas durante 10 capítulos. Aquí vemos numerosos grupos, dispersos,
confluyendo, chocando. Aquí, al poco de conocerlos, se convierten en cobardes,
luego en víctimas, luego en asesinos, luego mueren. Y a por otro grupo. A ver
cómo llevan la matanza. A ver si pierden su humanidad, su vida, su otra vida. Aunque
exista una mansión como eje en los primeros capítulos se deshacen de ella
cuando es necesario. La estructura es de larguísimos travelling, envolturas en flashback,
relatos fragmentados, derivaciones… A veces los travelling son poco elegantes y caprichosos con la cámara al
hombro. Pero hay otros rodados con virtuosismo. Los
zombis son un pequeño problema en comparación con los humanos embrutecidos. Me
gusta cómo, con unos personajes a los que desconocemos, nos obliga a
abstenernos de juzgarlos. La pobre chica enseguida se transforma en la chica traidora
e inmediatamente nos obliga a comprenderla. O ese personaje odioso lo
comprendemos después y de nuevo lo juzgamos negativamente y luego positivamente
y… La vida es complicada cuando estás entre zombis y luchas por sobrevivir. Los
capítulos duran entre 30 y 60 minutos, según lo exija la narración. Mantiene el alto nivel de la primera.
Esta
película de atracos debería fluir a toda velocidad pero cada una de sus escenas
tiene el ritmo de un caracol, es perezosa, cansina. Suplicas que pasen a la
siguiente secuencia, te dan ganas de gritar que ya lo has entendido, que dejen
de hablar. Por favor. Los
diálogos son lamentables y los supuestos golpes de humor dan vergüenza ajena. El
punto de partida es inverosímil pero creo que en otras manos pudo dar buenos
frutos. Una prisión inexpugnable que alberga, además, un botín de oro que
pertenece a los fundamentalistas islámicos. No voy a defender Fast & Furious pero ellos sabrían
qué dosis de descerebramiento debían insuflar a la película. La
cosa es que dirige Renny Harlin y no me lo acabo de creer. Tampoco es
que Harlin sea un director de aúpa -aunque hizo una obra maestra (opinión
muy personal) que es La isla de las
cabezas cortadas-, pero en otras ocasiones ha mostrado buen pulso para
la acción. Aquí no se le reconoce por ninguna parte. Que
Pierce Brosnan esté en el berenjenal no extraña mucho porque este hombre
se apunta a cualquier cosa, pero es una pena ver ahí a Tim Roth. Cualquier
capítulo de El Equipo A es
mejor. Y más divertido.
El
Katla es un volcán glaciar islandés. Entra en erupción y un año después
continúa arrojando ceniza de modo incesante. 365 días ininterrumpidos. Ahora,
de sus entrañas, también ha empezado a salir… gente. Una
curiosa forma de contar una leyenda. Se apoya excesivamente en el recurso del
suspense al final del capítulo. Una nueva persona surge en cada episodio sin
que el misterio se vaya clarificando. Sólo la progresiva incertidumbre y
desconcierto. Consigue más fuerza en sus tres últimos capítulos, realmente
perturbadores. Dirige
Baltasar Kormákur que demuestra ser un todoterreno en cualquier género.
Aporta su fuerza visual, su excelente planificación, su trabajo con buenos
directores de fotografía. Y no me refiero a los paisajes naturales, que
también. Me refiero a esa fotografía de grises, de nieve sucia y ceniza, de
luces mortecinas, de retratar el pueblo de Vík desde un inexorable apocalipsis
parcial o tal vez tragedia personal. Porque, ahí está lo que me ha interesado,
hay una lectura que podríamos llamar existencial o antropológica o moral. Como
quieras llamarlo. Habla de la lucha que mantenemos para darnos forma. Objetivos,
deseos, choques con nuestros defectos, culpa, remordimientos… El intento por
perfeccionarnos. Dejar que surja lo mejor. Matar lo malo, dejar lo bueno. Las
historias de los personajes son irregulares. Algunas interesan mucho, otras
poco. Unos caracteres están mejor dibujados, otros peor. A veces es bastante
cruda. La
han comparado con Dark y con Us. A mí me recuerda sobre todo a Les revenants, aunque tampoco es
exactamente eso. No
creo que vaya a gustar a mucha gente. A mí sí.
-¡Santa
mozzarella! Está
llena de detalles geniales, pero no alcanza la consistencia argumental de la
mayor parte de las películas de Pixar. De hecho parece que les cuesta centrarse
en la trama porque tienen que contar las ocurrencias. Hay una lectura para
niños pero carece, como en otras ocasiones, de la doble lectura para adultos. Lo
que ocurre es tan tópico como una carrera, un concurso veraniego. Se forma una
pandilla para tratar de ganar el premio. Los niños monstruo son una metáfora
simple sobre los perdedores, los raritos, para que cada cual ponga ahí lo que
quiera. También
me parece que son los protagonistas menos trabajados en la historia de Pixar.
Personajes con poca hondura y matices. El
catedrático en gente rarita es Tim Burton desde hace 4 décadas. Ahora,
por motivos varios de conveniencia, todo el mundo se sube al carro y cree que
tiene algo que aportar. Y no es así. Tim Burton dijo todo lo que se
tenía que decir. Y casi siempre lo dijo mejor que los plagiarios de ahora. De
modo más sutil e inteligente. Y cuando iba contracorriente. Eso
sí. El dibujo, los colores, la animación, son preciosos. Muy, muy bonitos. Un
magnífico anuncio para ir a veranear a Italia. Ese pueblecito es una maravilla.
Es un verdadero disfrute contemplar ese puerto, esa plaza, esas callejuelas y
sus gentes. Merece la pena demorarse y perderse. Me
encanta cuando Giulia se presenta como la niña que suda en exceso y nos muestra
sus sobaqueras empapadas. Giulia roba el protagonismo siempre que aparece. El
otro día supimos que el equipo Pixar está cabreado con Disney por no lanzar sus
películas en cine. Creo que eso se trasluce de algún modo en la factura de esta
peli. En cualquier caso, aunque no tiene el altísimo nivel habitual, sigue siendo
una peli bastante buena.
Sarah
no quiere dormir en casa de su madre. Así que duerme en la calle y mal. Tampoco
tiene un dólar encima. Un anuncio pide voluntarios para un experimento sobre el
sueño. Sarah se apunta: un sitio para dormir, dormir mejor, ganar dinero. Una
mezcla de ciencia-ficción y terror cuyo principal valor está en su dirección. Anthony
Scott Burns tiene mucho ojo para la planificación. Muy sobrio y muy
elegante. Planos centrados, travelling
suaves, el ojo de la cámara siempre situado en lo importante. Toda la fuerza de
la película está en su apartado visual. El
ritmo es su peor baza. Sobran secuencias enteras (la amiga, la discoteca) y
sobra esa prolongación injustificada de las escenas. Incuestionablemente
onírica, su mérito está en la capacidad para anclarse a la realidad. Ni demasiado
surrealista ni demasiado explicativa. Juega un equilibrio de incomodidad y
aceptamos sus reglas intuitivas sin que acabemos de entenderlas del todo. Y
entonces llega un final que polariza a los espectadores. De hecho estoy
polarizado conmigo mismo. Aún no sé si me gusta, aún no sé si es
cinematográficamente muy aceptable. No es simplemente un giro hacia otra
alternativa. Es un giro hacia varias opciones, hacia otros géneros, hacia
demasiadas cosas. Buen
trabajo de Julia Sarah Stone en un papel bastante exigente.
Uno
lee Lin-Manuel Miranda y ya se vuelve un poco loco. Automáticamente
piensa en que repetirá Hamilton
pero esta vez con una auténtica traslación al cine. Es una responsabilidad muy
alta la de mantener el nivel marcado y no es extraño que el espectador se
decepcione si no se cumplen las expectativas. Aunque
no creo que sea cuestión de expectativas. Es cuestión de que en un metraje de
140 minutos hay poco que contar. Por muy musical que sea. Los musicales también
tienen contenido pese a sus estribillos repetitivos. O precisamente gracias a
ellos. Creo
que el problema está ahí. En que los estribillos de esta película no tienen las
suficientes variaciones, no hay bastantes enfoques. Pasan los minutos y más
minutos y más aún y el conflicto de los personajes sigue siendo el mismo que al
principio: tengo un sueño y dudo en lanzarme a por él. Muy de Hamlet. Pero hay que ser un genio
para bailar con el tema de la duda y la película carece de ese don. Dirige
Jon M. Chu (el de Locamente millonarios) y tal vez la conjunción con Lin-Manuel no es la más
adecuada. Creo que tienen dos concepciones muy distintas. O simplemente el
salto del musical al cine no le sienta bien. No puedo juzgar porque no he visto
el musical original. No
me hagas mucho caso. En general ha gustado mucho. Yo no he entrado muy bien a
esta historieta de cultura latina que adolece de mucho cliché. Me
gusta por sus coreografías. Por cosas multitudinarias que hacía (creo que no
exagero) 60 o 70 años que no se veían. Y, desde luego, por esa danza en la
pared. Spider-man debe estar
muriéndose de envidia y Marvel pensando en por qué no se les ha ocurrido algo
así, que cómo se han dejado adelantar por la derecha.
Pensé
que, como muchas segundas partes, perdería algo de su frescura, de su sorpresa.
Pero como no nos dieron muchos datos en la película original, han sabido seguir
explorando ese mundo. La
secuencia de apertura me parece magistral. 15 minutos de absoluto dominio de la
tensión. Eso es saber lo que hay que mostrar en campo, cómo mover la cámara,
cuándo un travelling, cuándo cortar
el plano, cómo se encuadra. La ausencia de sonido para la chica sorda y el
estruendo para los demás. Pero
lo cierto es que conserva el listón casi durante todo el tiempo. El nivel de
desasosiego es continuo manteniendo al espectador en vilo. La película está plagada
de secuencias impactantes. Luego
están las decisiones de los personajes. Los que simplemente viven en soledad,
los que se han vuelto psicópatas, los que están dispuestos a sacrificarse por
los que aman. El recuerdo del padre, lo que él haría, el ejemplo que les dio. Me
encanta esa secuencia en paralelo, cómo juega con el fuego y la ausencia de
aire en ambas, aunque de modos diferentes. Esta
vez Emily Blunt cede buena parte del protagonismo a Millicent
Simmonds. Una decisión que me parece acertada. Y Cillian Murphy es
muy bienvenido. Tal
vez no es muy terrorífica pero se ha convertido en una de las sagas más
inquietantes y angustiosas que puedas ver. Sigo pensando que es dificilísimo
conseguir esto. Muchas lo intentan con recursos equivocados. Un lugar tranquilo
te deja pegado al asiento y hace que parezca fácil. Pero insisto: no lo es. John
Krasinski sabe muy bien lo que se hace.
Es
difícil saber si los defectos de la serie se deben o no a su abrupta partición.
Independientemente de que la consideremos como una o dos temporadas, la división involuntaria es un hecho. De
ahí que uno no sepa en qué medida los problemas de dirección/edición se deben a
cuestiones personales o sobrevenidas. Tal como está es divertida, es
entretenida, tiene su encanto, se deja ver. Pero
tengo la sensación de que las sorpresas debieron ser más… sorprendentes, que
con otra dirección/edición nos habrían resultado más impactantes algunos de los
sucesos. El último capítulo, en este sentido, me parece más logrado,
recopilando algunos de los elementos que habían quedado dispersos. Y pienso que
una estructura menos episódica y más general (más serial) le habría otorgado
más fuerza a la resolución. Sin
que sirva de precedente, me parece que, en esta ocasión, los americanos lo
habrían hecho mejor. Tienen más experiencia con la espectacularidad, más
práctica con la elaboración del efectismo. Y Lupin exige el artificio. En
cualquier caso no está mal. Es una historieta agradable con un Omar Sy
al que el papel le va como anillo al dedo o pulsera a la muñeca.
Las
cosas eléctricas se han fundido. No sólo las de los aparatos, también las
neuronas humanas como transmisores de electricidad. Y nadie duerme. Eso
significa que todo el mundo morirá en unos días después de volverse loco. El
ejército experimenta a contrarreloj con las pocas personas que sí duermen. Tal
vez me estoy equivocando en el concepto general, pero a mí me parece que se
trata de una peli post-apocalíptica de carretera, road movie en la que a los personajes les pasan cosas en su viaje.
Por eso me parece un error que el género auténtico, de lo que va la peli,
empiece hacia el minuto 40, a mitad de la película. Por eso la peli me ha
parecido muy flojita, con un ritmo y estructura equivocados aunque el punto de
partida sea sugerente. Nada
que reprocharle a una Gina Rodriguez muy esforzada en su papel. Y está
bien ver a Jennifer Jason Leigh como esa doctora, un personaje bastante
bien construido aunque no la veamos mucho. Pero está claro que al guión le
falta solidez, contundencia, que tenían claro el comienzo y el final pero que
lo que está entre medias es un refrito de otras muchas pelis o, directamente,
prescindible.
Una
mujer devastada por una tragedia en una cabaña perdida en las montañas. Sin
coche, sin móvil. Le da igual vivir o morir. El invierno decidirá. Robin Wright dirige e interpreta.
Es su primera vez tras la cámara y parece estar muy segura de lo que hace. Sin
excesivas elaboraciones verbales, dejando que su personaje cuente la
desesperación, la soledad, el sinsentido. ¿Por qué sigo aquí? Una pregunta nada
banal a la que Edee trata de responder esperando. A
partir de cierto momento, en ese lugar perdido, tendremos a Miguel (Demián
Bichir). La relación entre ambos, de una sorprendente delicadeza, de
respeto al dolor del otro, de comprensión, se desenvuelve de forma pausada. No
es lo que uno espera que ocurra. La historia está en las mentes y la memoria.
Personas que tratan de conectar con la trascendencia o una posibilidad de ella. Los
paisajes son espectaculares pero tiene mucho encanto cómo Edee se va adaptando
a esa vida de ermitaña, aprendiendo a cazar, despellejar, plantar, cortar leña…
Hay mucho silencio en esta película y deja espacio para la contemplación, para
que nos metamos en el nivel de profundidad desoladora en que la protagonista
está. Yo
le habría quitado algunos flashback. Quizá todos. Pero en cualquier caso es una
buena película que, sin muchas alharacas, profundiza más que la
mayoría de los dramas que se hacen. El
final, por suerte, no es complaciente. La vida es como es y no hay más que
añadir. Y eso es lo que tiene que valer para Edee. Y para todos.
1. Ayer estuve en un
congreso de bar. De esos en los que arreglas el mundo, ya sabes. El tema fue
muy interesante: la serie Paraíso.
Y surgieron dos preguntas. ¿Es la peor serie del año? ¿De España o a nivel
mundial? 2. Mamoru Hosoda
ha lanzado el tráiler de Belle.
Así que ya estoy esperando la fecha de estreno en España. Que puede ser en unos
meses o en 10 años. O irse directamente a una plataforma. 3. Aún falta un tiempo
para que se estrene Jinetes de la
justicia pero viene precedida de buenas críticas y realmente su
argumento es de esos que conecta conmigo inmediatamente.
-Lo
que podríamos hacer con esos planetas sin ella. Sin ellos. Sólo tú yo. Pero
sobre todo yo. El
gran obstáculo es que han transcurrido 4 años entre la primera temporada y la
segunda. Hay que recordar muchas tramas. El segundo problema es que pasan
muchas cosas… pero hacia el final. Durante los primeros 4 capítulos apenas sucede
nada y luego todo se atropella. El tercer problema es que, una vez que empiezan
a pasar cosas, tal vez son demasiadas. Viajes
en el tiempo, portales a otras dimensiones, mundos paralelos, clones, genética,
leyes de la robótica, telepatía, especies diferentes (mutantes)… Me
costó entrar a su nueva propuesta por el lento desarrollo hasta ese capítulo 4
y luego me vi abrumado por tanta nueva información. Porque no es fácil encajar
todas esas piezas juntas. De hecho, parece que alguna sobraba y la han eliminado
tan rápido como apareció. Visualmente
sigue siendo muy atractiva, con una puesta en escena fabulosa ya se trate de la
naturaleza, de las arenas de Marte o de arquitectura. Los 20 minutos por
capítulo hacen que se digiera bien. Gracias a su corta duración superé sus
inicios. Creo que de otro modo la habría abandonado. En realidad tengo la
sensación de que su estructura es más de cine que de serie. Una peli larga
cortada cada 20 minutos. Pese
a estar claramente descompensada es tan sugerente como la primera temporada (mucho mejor equilibrada) y el final deja abierto nuevos escenarios que pueden
seguir sorprendiéndonos.
Vamos a partir de un
axioma: el presente es ahora. Sí. Puede parecer una tautología, una
perogrullada. Pero lo cierto es que de eso va la película. Que el presente es
ahora. Lamento si la
proposición te echa para atrás. Es lo que hay y no puedo dar más datos. Puedo
decir que es otra de esas películas que, como Synchronic, podría haber hecho Nolan si le hubiesen
dejado gastar 200 millones más. Y tiene algunos puntos de contacto con Synchronic. Fredrick no está en su
mejor momento. Su madre está perdiendo la memoria y ya no le reconoce. En lo
profesional le va mejor. O le iría mejor si no fuese por esos flashback sobre aquella chica que
desapareció en su instituto 13 años atrás.¿Por qué lo olvidó? ¿Por qué lo recuerda ahora? Me parece acertada en
su desarrollo. Es un juguete, un pequeño puzle. Sin trampas pues las piezas
están ahí. Organizarlas es el jaleo. Y el director lo hace bien. Dylan O’Brien, Maika Monroe y Hannah Gross
llevan el peso de la narración. El final no me convence del todo. No por
cuestiones fílmicas. Es por cuestión de gusto personal. Yo habría hecho otra
cosa. Pero no me hagas caso porque igual a ti sí te gusta.
-Así empiezan casi
todas las historias de miedo. Esperaba una cursilada
de diez y resulta que está bastante bien. No es excelente pero es funcional. Sabe contar bien lo que quiere contar. Un virus diezma la
población al mismo tiempo que empiezan a nacer niños híbridos, mezcla de
humanos y animales. Gus es un niño ciervo. La estructura es la de
una aventura que avanza entre Spielberg y Tim Burton. A veces
entre el Spielberg y el Tim Burton ligeramente oscuros. Gus en su
viaje. Cada capítulo nos presenta nuevos personajes y, a la vez, va
profundizando en el funcionamiento de ese mundo post-apocalíptico. Ambas cosas
se entrelazan bien y se apoyan en un planificación atractiva. La historia tiene algo
de fondo. Hay dilemas bioéticos, éticos y morales que surgen de las nuevas
reglas en un mundo decadente. El mundo de las leyes de Abbot y los Últimos
Hombres. Ese mundo lo descubrimos al mismo tiempo que lo hace el niño ciervo de
modo que todo nos resulta desconcertante pero coherente, verosímil en su
desarrollo. Aunque realmente sea un
cuento con una metáfora muy obvia sobre la ecología, también tiene sus matices.
Ese ejército de adolescentes idealistas es un buen ejemplo. Ofrece aristas en
los personajes, complejidad en la psicología, momentos violentos y dramáticos,
trata de no caer en simplificaciones y deja que muera gente con la que te ha
hecho encariñarte. Algunas cosas chirrían
un poco, especialmente el diseño de algunos híbridos (Bobby es ir muy lejos) y
algún que otro personaje. Pero el conjunto es intrigante, sorprendente y, como
aventura, funciona perfectamente. Hay numerosas
referencias a Huckelberry Finn
y Tom Sawyer. Lógico pues se
trata de un relato de crecimiento, aprendizaje y esperanza. Lo que está muy mal es
cortarnos la temporada justo en ese momento. Pero, claro, de eso se trata.
De que queramos la segunda para ayer.
Se les fue la pinza.
Hasta la comedia necesita un límite en la moderación por el desmadre. Fueron
demasiado lejos en los progresivos giros de la trama. Lo que empieza siendo
la relación entre un hipocondríaco y su médico acaba en una revolución en una
supuesta ex-república soviética. Para llegar a ese punto, es obvio, se necesitan
unos giros tan potentes que no sólo tienen que ser forzados (admisible) sino
inverosímiles (no admisible). Da la sensación de que,
cuando se les acababan las ideas de una película, metían un giro para empezar
otra y, después, otra más. Más allá de algún que otro gag divertido no hay por
dónde cogerla. Por otro lado la personalidad de los personajes es incoherente y
contradictoria. Dany Boom, Alice Pol y Kad Merad han hecho
bastantes cosas por separado, en dúo y en trío. Pero esta no es de las mejores.
En realidad es de las peores. Es ya de hace unos años, la tenía pendiente y me
la podía haber ahorrado.
Película danesa que
muestra que en todos los sitios cuecen habas. O que algo huele a podrido en
Dinamarca, que dirían en Hamlet. La idea es sencilla
pero el guión es muy bueno. Un par de policías atrapados en el barrio árabe en
el momento menos oportuno. Acaba de morir un detenido con polémica de abuso de
fuerza policial. Es una historia con
bastante acción pero que concede un peso notable a los conflictos éticos de la
policía. Una película poliédrica que se atreve a excavar en terrenos delicados
más allá de los clichés. El poli veterano, el poli más novato, el racismo arraigado, los problemas que genera la inmigración, lo que se debe
hacer, lo que es conveniente, ser un chivato, descubrir la realidad… Y el miedo
como motor de gran parte de las acciones. Porque los polis son humanos, tienen
miedo y se encuentran bajo una enorme presión. Todo transcurre durante
un día y una noche y la habilidad para manejar la tensión es de una precisión
sorprendente. Esa combinación de
acción y drama soportados sobre una planificación realista ofrece un resultado
contundente, con algunas escenas crudas pero siempre apegándose a la
cotidianeidad de la dureza de un barrio de inmigrantes.
1.
Hoy estrenan Sueños de una escritora
en Nueva York. Puedes ver aquí el comentario que hice. Por alguna razón
incomprensible han decidido eliminar en el título la referencia a Salinger.
Cosa extraña porque si hay alguna posibilidad de que alguien vea esta película
es porque se hace alusión a Salinger. El título original es My
Salinger Year y el provisional era Mi año con Salinger. 2.
Pienso, como Hitchcock, que los actores son ganado. Me interesan los
personajes, no me interesa el famoso, la estrella. No me interesa la persona
(espero que esto se entienda bien). Por eso se me escapa lo de Friends: The Reunion. Por muy
relevante que me parezca esa serie sólo volvería a ver algo de ella por el
personaje de Phoebe. El personaje, no la actriz. Lisa Kudrow y como se
llamen sus otros compañeros, personas reales, me dan igual (espero que se
entienda). 3.
Por otro lado admito que si mañana Lucille Ball hiciese algo sobre I Love Lucy yo estaría ahí. Supongo
que, entre otras cosas, porque Lucille Ball lleva muerta 30 años y
volverla a ver ya sería una sorpresa.
ANZAC:
Ejército conjunto de Australia y Nueva Zelanda. No
es tanto buena como interesante. Lo que no suelen contar los libros de
historia. Las enfermeras de la I Guerra Mundial. Las personas que no se
hicieron famosas. Cómo se organizaban, estructuraban, peleaban sus propias
batallas y también morían. Una
serie que compensa un presupuesto muy ajustado con una abrumadora documentación
y atención a los detalles. Los
tres primeros capítulos se centran en Lemnos, El Cairo, Alejandría y un barco
hospital. El arranque me pareció demasiado folletín. Demasiados vestidos, vida
de la época en El Cairo, salones de té, flirteos. Pero en cuanto llega Galípoli
se acabaron las tonterías. Llamar hospital a lo de la isla de Lemnos es una
broma macabra. Centenares de heridos tendidos en el césped, ni paredes, ni
techo. Ni agua ni comida ni medios. Moscas sí. Hasta las enfermeras morían de
disentería. Y luego el invierno y algo aún peor: el agotamiento, la impotencia,
la depresión. Los
tres últimos capítulos. Francia. Los 5500 muertos (en una noche) de la batalla
de Fromelles, esa carnicería del Somme. En esta última parte no ahorran escenas
bastante crudas. Muy
interesante la reflexión de la supervisora Wilson sobre la brecha entre
ejército y sanitarios, el no entendimiento de las necesidades de los
respectivos cuerpos. Es otra expresión de cómo en esa guerra todo era caótico,
improvisado y nadie sabía ni por qué luchaba ni para qué. Creo
que puede gustar a un público muy amplio. Aunque a mí no me guste la cosa
sentimental está bastante bien llevada (el duelo por quienes amaron, hermanos, novios...) y sí me interesan mucho otros aspectos.
Además, la vida de las 5 enfermeras principales está basada en la realidad y
logra sorprender en muchos momentos.
-Pues
es como Burgos, pero un poco más grande. Esa
frase de Carmen Machi hablando de Nueva York se la he oído a un tío de
Burgos cuando le pregunté por su viaje a Nueva York. Tal cual. Película
arriesgada, muy metacinematográfica. Tan meta
que se vuelve surrealista y, progresivamente, perturbadora e inquietante. Obviamente
para públicos minoritarios. Rompe los esquemas clásicos narrativos y deriva en
un espejismo onírico en el que los personajes se mueven perplejos. La música
minimalista contribuye a crear esa atmósfera agobiante. Es
una película para lucimiento de Carmen Machi y Pepón Nieto.
Teresa y Alfredo son un matrimonio de Burgos que viaja a Nueva York. Pero el
Nueva York en el que aterrizan parece un poco raro. Cada
espectador tendrá su propia lectura de lo que sucede. Caben tantas
interpretaciones como personas la vean. Es más la situación de un estado
anímico o, mejor dicho, existencial, que el relato de una historia. No
faltan algunos toques de humor bastante curiosos y algún que otro homenaje o
parodia a otras películas.
Lo
mejor de esta serie es una Kate Winslet que, a diferencia de otras
actrices (no diré nombres pero una de ellas empieza por Nicole y termina
por Kidman), se atreve con un papel de señora desagradable por decirlo
suavemente. Inspectora, sí, pero una auténtica bruja. Con muchos problemas a
sus espaldas y muy problemática. También
está bien ese dibujo que hace del pueblo. Cuando hablé de Jack Irish dije que era
probablemente la única serie que equilibraba perfectamente lo policial con la
vida personal de su protagonista. Aquí hay otra serie que lo logra, aunque un
poquito menos. Curiosamente Guy Pearce está en ambas. Aunque, claro,
Jack tenía una vida divertida y la de Mare es deprimente. Las
vidas de la gente de ese pueblo tienen más peso que la historia policial en sí.
Y los presenta muy bien en su primer capítulo. El pasado que fue, el demoledor
presente al que han llegado. Allí nadie cumple sus sueños. Hay
otras cosas que no están tan bien porque en ciertos aspectos se vuelve genérica
y opta por ciertos clichés. Pero creo que no hay que tenerlas muy en cuenta por
la solidez general del guión. Demasiada tragedia para mi gusto aunque juega
bien sus cartas con esa multitud de personajes que tienen secretos que
esconder. En
cualquier caso me parece excesivo tanto drama, tanto malestar, tanta gente
mezquina de tantas maneras distintas. No sé. Que no se convierte en un culebrón por un
pelo tal vez sea un mérito. O tal vez no.