18/6/21

En un barrio de Nueva York (In the Heights)

Uno lee
Lin-Manuel Miranda y ya se vuelve un poco loco. Automáticamente piensa en que repetirá Hamilton pero esta vez con una auténtica traslación al cine. Es una responsabilidad muy alta la de mantener el nivel marcado y no es extraño que el espectador se decepcione si no se cumplen las expectativas.
Aunque no creo que sea cuestión de expectativas. Es cuestión de que en un metraje de 140 minutos hay poco que contar. Por muy musical que sea. Los musicales también tienen contenido pese a sus estribillos repetitivos. O precisamente gracias a ellos.
Creo que el problema está ahí. En que los estribillos de esta película no tienen las suficientes variaciones, no hay bastantes enfoques. Pasan los minutos y más minutos y más aún y el conflicto de los personajes sigue siendo el mismo que al principio: tengo un sueño y dudo en lanzarme a por él. Muy de Hamlet. Pero hay que ser un genio para bailar con el tema de la duda y la película carece de ese don.
Dirige Jon M. Chu (el de Locamente millonarios) y tal vez la conjunción con Lin-Manuel no es la más adecuada. Creo que tienen dos concepciones muy distintas. O simplemente el salto del musical al cine no le sienta bien. No puedo juzgar porque no he visto el musical original.
No me hagas mucho caso. En general ha gustado mucho. Yo no he entrado muy bien a esta historieta de cultura latina que adolece de mucho cliché.
Me gusta por sus coreografías. Por cosas multitudinarias que hacía (creo que no exagero) 60 o 70 años que no se veían. Y, desde luego, por esa danza en la pared. Spider-man debe estar muriéndose de envidia y Marvel pensando en por qué no se les ha ocurrido algo así, que cómo se han dejado adelantar por la derecha.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy es viernes.

Individuo Kane dijo...

Pues sí. Pero los estrenos empezaron el miércoles. Y eso trastoca los planes para la sección "Al margen".