19/6/21

Come True

Sarah no quiere dormir en casa de su madre. Así que duerme en la calle y mal. Tampoco tiene un dólar encima. Un anuncio pide voluntarios para un experimento sobre el sueño. Sarah se apunta: un sitio para dormir, dormir mejor, ganar dinero.
Una mezcla de ciencia-ficción y terror cuyo principal valor está en su dirección. Anthony Scott Burns tiene mucho ojo para la planificación. Muy sobrio y muy elegante. Planos centrados, travelling suaves, el ojo de la cámara siempre situado en lo importante. Toda la fuerza de la película está en su apartado visual.
El ritmo es su peor baza. Sobran secuencias enteras (la amiga, la discoteca) y sobra esa prolongación injustificada de las escenas.
Incuestionablemente onírica, su mérito está en la capacidad para anclarse a la realidad. Ni demasiado surrealista ni demasiado explicativa. Juega un equilibrio de incomodidad y aceptamos sus reglas intuitivas sin que acabemos de entenderlas del todo.
Y entonces llega un final que polariza a los espectadores. De hecho estoy polarizado conmigo mismo. Aún no sé si me gusta, aún no sé si es cinematográficamente muy aceptable. No es simplemente un giro hacia otra alternativa. Es un giro hacia varias opciones, hacia otros géneros, hacia demasiadas cosas.
Buen trabajo de Julia Sarah Stone en un papel bastante exigente.

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