No
auguraba nada bueno pues ya conocemos las estrategias de Disney. Durante 3
meses de confinamiento no han soltado en Disney+ ninguna de las películas que
tenían en marcha. Ahora que vuelven los cines decide colgar ésta en la
plataforma. Se ve que no confiaban mucho en ella. Con razón: una película
insípida muy adecuada para la, hasta ahora, plataforma más insípida.
Y
eso que Kenneth Branagh está en la dirección. Pero Branagh se
limita a quitarse el muerto de encima con una estética kitsch, sobrecargada de personajillos feéricos sin sustancia
alguna. Como si a fuerza de añadir cosas pudiese ocultar la vaciedad. A menos
que tenga 9 partes (Dios no lo quiera) y vayan explicando a cuento de qué viene
todo ese desparrame visual.
Como
Tim Burton con Dumbo.
Disney somete a esquemas y los directores no saben qué pintan ahí. Pero queda
su nombre, que es lo que rentabiliza.
Atropellada
(que no con ritmo), frenética, sin calar en ningún personaje, abrumadora en su
constante movimiento de cámara, pesada en su desarrollo caótico y, en sus
momentos más infantiloides, decididamente estúpida.
El
mejor: Josh Gad. Colin Farrell está de adorno. Judi Dench
me ha dado hasta pena.
Por
si te interesa: el único parecido con el libro es el título.
Mala.
-Vete
a freír tréboles.
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