-Actuaré
con total normalidad.
-Entonces
sí sabrán que pasa algo.
El
3x01 me gustó más bien poco. El arranque de la boda fue excesivo incluso para Killing Eve. Pero tiene narices ver
a Villanelle en Gerona, hablando en catalán y acompañada por canciones de Concha
Velasco y Marisol.
Luego
ya se animó. Pasaban muchas cosas con los personajes cada uno a su aire, sin
conectarse. Había cierto caos sin lógica que, sin embargo, llevaba a los
personajes en una dirección. Al final todo confluyó en ese salón de uno de los
Doce.
Me
ha gustado bastante la evolución del monstruo que Villanelle lleva dentro. El 3x05,
el capítulo Madre Rusia, nos desveló mucho acerca de ella. Curiosamente es
bastante moralista.
Y
descubrimos también algo más de las profundidades de otras mujeres que qué te
voy a contar. Por un lado, Dasha, la maestra de Villanelle. Y por otro las dos hijas,
la de Konstantin, Irina, y la de Carolyn, Geraldine. Está claro que en esta
serie, si aparece una mujer, más vale que te pongas un chaleco antibalas.
Geraldine aún no ha llegado a eso. Pero dale tiempo. Lo de Irina fue realmente
alucinante. La sociopatía más absoluta.
Es
verdad que tras aparcar a un lado a Kenny, al único personaje normal, todos
están como chotas, pero al lado de las mujeres Konstantin parece cuerdo.
El
final, sin que se apuñalen, sin que se disparen, queda tan abierto, tan
inquietante, como las temporadas anteriores. Porque nunca sabes si al segundo
siguiente, estas dos, van a sacarse los ojos o a ponerse a bailar.
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