18/6/20

Madam C.J. Walker. Temporada 1


-¡Ahora tengo marido!
-Sí. Y es tan útil como un cubo sin fondo.
Comienzos del siglo XX. La vida de las mujeres negras no es fácil en EEUU. Se les cae el pelo pues no tienen agua corriente, se alimentan mal y conviven entre productos químicos nocivos. Sarah Walker ideó una línea de cosméticos y una cadena de peluquerías con 10.000 trabajadores. Se convirtió en la primera millonaria afroamericana del país. Y se compró una mansión al lado de la de Rockefeller.
Si tienes en el reparto a Octavia Spencer y a Carmen Ejogo difícilmente puede salir mal. Pero como ocurre con tantos biopics da la sensación de que la vida real de Sarah Walker debió ser más interesante que lo que cuenta la serie.
Un ejemplo: Ni Addie era tan mala ni Sarah tan buena. Eran dos tipas con una ambición enorme y un carácter muy fuerte. Puedes tomarte licencias, lógicamente, pero la cuestión es que, tal como nos las presentan, se han perdido matices, se esquiva la profundidad psicológica y se simplifica: una buena, otra mala.
Otras cosas se introducen por corrección política (no hay pruebas de que la hija de Sarah fuera lesbiana) y se sienten como pegotes en la trama porque debería estar explicándonos otras cosas.
Hay algo esencial, básico, que se queda en los márgenes del guión y el celuloide. Yo habría preferido ver eso. La rivalidad real con Addie, las complejas relaciones reales con la hija.
Así que no es una serie fiable para conocer a la mujer. Es una serie entretenida, sin dificultades, sencilla y prefabricada. Para pasar el rato está bien, nada más. Son cuatro capítulos y eso la hace muy asequible.

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