Un
momento. Diré algo y luego puedes empezar a tirarme piedras. Tom Hanks
es el actor más sobrevalorado de la actualidad. Y de toda la Historia del Cine.
¡Hale! Ya puedes empezar a lapidarme.
Es
un tío que cae bien, sí. Como James Stewart. Pero James Stewart
hizo de malo alguna vez. Al menos una, que yo recuerde. Tom Hanks tiene esa
asignatura pendiente. Siempre ha ido a lo seguro, a ser él. Todos los personajes
que interpreta son él. La versión de él que le gustaría ser.
Aquí
es Fred Rogers, un presentador de programas de televisión para niños.
La
peli pudo ser muy cursi y los primeros minutos realmente apestan. Con
cancioncita incluida. Luego conocemos a Lloyd Vogel, un periodista en el polo
opuesto de Fred Rogers. Y ese es un contrapeso interesante.
El
periodista agresivo y cínico en busca de trapos sucios frente al hombre que ve
en los demás, en cada uno, una persona, algo trascendente, que retrasa 73
minutos el rodaje para hablar con un niño enfermo o que interrumpe la grabación
del programa para interesarse por los problemas del periodista desagradable. Y
Lloyd no se lo cree, busca la doblez, el engaño. Busca el mal donde sólo hay
bondad.
Pensé
que vería un pastelón de merengue y algo de pastel sí es. Pero interesante
porque, en realidad, es la historia, el drama de Lloyd.
Creo
que destaca más Matthew Rhys, un personaje con muchísimos matices, bien
construido.
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