Me
gusta mucho como está dirigida. El director tiene pulso y sabe cómo encuadrar
las cosas. Sobre todo en su inicio. La tensión generada en ese taxi ya crea una
atmósfera que se mantiene en toda la película. También me gusta el
protagonista, en parte asesino en serie y en parte investigador privado.
No
me gusta su desarrollo. El protagonista, las consecuencias que provoca y la
investigación que él realiza son elementos que quedan diluidos. El espectador
conocerá esas cosas, pero no porque sean investigadas, sino porque la cámara,
arbitrariamente, decide mostrárnoslas a nosotros.
Políticos
corruptos y narcotraficantes configuran su propia trama, muy apartada de lo que
hace el protagonista. Tras encontrar las pruebas en el usb se agota esa vía y a
partir de ahí no hay protagonista. Hay anécdotas de otras gentes. Nada
concluye, nada termina, nada se lleva hasta sus últimas consecuencias, salvo
Falconetti, que va ganando peso progresivamente sin que sepamos muy bien el
porqué.
El
final, para mí, no tiene ningún sentido. Quiero decir que no me parece propio
del protagonista actuar como actúa. Ni siquiera si se trata de una ficción
escrita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario