Familia
de ricachones. Archer Monroe muere. A su hija Lauren, fiscal, le deja las
migajas. Y una llave a un búnker, a un secreto que debe seguir enterrado. A un
marrón de los gordos que lleva a más secretos.
Buen
ejemplo de lo difícil que resulta construir largos diálogos entre dos personas.
No todo el mundo está capacitado para ello. Los guionistas sienten que ellos sí
pueden. Pero no.
Creo
sinceramente que una hora menos de metraje habría convertido esta película en
un buen film. Los personajes hablan y hablan sin aportar absolutamente nada.
Una verborrea y unas tramas intrascendentes que resultan agotadoras.
Reducir
una treintena de minutos toda esa charlatanería en el búnker y agilizar el
tramo final sin tantas idas y venidas habría sido muy beneficioso.
Lily Collins y Simon Pegg
tratan de que la historia tenga energía. Especialmente Simon Pegg está
estupendo, con un personaje bastante alejado de su habitual comicidad. Nada que
reprocharles, al contrario. Sólo que de donde no hay, no se puede sacar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario