Un
college masculino inglés. Lo normal
hasta que un día llega el nuevo profesor francés… y Agnes, su preciosa hija.
Winch es el chico deportista, guapo, líder. Agnes le reta con un vídeo y Winch,
un tarugo con las palabras, pide ayuda a Amberson, patoso, inútil, torpe. Pero
con alma de poeta.
Obviamente
es una nueva mirada a Cyrano de
Bergerac.
La
película funciona muy bien en su primera hora. Peor en la última media.
Su
inicio tiene mucha gracia, una comedia bien planteada y elaborada. Presenta a
los personajes, situación y comienzos de los enredos. Me fascinó ese estúpido
deporte que practican en el college, una
especie de rugby bestia que incluye placajes en el río, usar a una persona de
ariete, un muro… Muy gracioso.
El
último tramo, la resolución del conflicto, me gustó bastante poco. No me encaja
con el tono de la película hasta ese momento. No soy necesariamente devoto de
los finales felices, pero en esta ocasión parecía una exigencia por ese aire de
comedia loca. La deriva hacia lo ambiguo y melancólico supongo que pretende
sorprender, pero no satisface en absoluto.
Pese
a todo es una peli entretenida, un poco boba, pero que cuenta con Alex Lawther (The End of the F***ing World) y Pauline
Etienne (Oficina de infiltrados).
Lo hacen muy bien pero están obligados por el guión a una extraña química.
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