9/5/20

Cartas a Roxane


1895. Edmond Rostand fracasa con su obra La princesa lejana. El desastre le sabe menos mal porque acaba de ver el invento de los Lumière y calcula que al teatro le quedan 10 años de vida.
La producción es maravillosa. Un París de finales del XIX muy idealizado pero cuidado en los detalles.
Lo que cuenta es cómo Edmond escribe Cyrano de Bergerac, acuciado por deudas, presionado por Sarah Bernhardt y con el compromiso de Coquelin de interpretarlo.
No pretende ser fiel a los hechos. De hecho es bastante incorrecto en muchas cosas. Es un homenaje a un escritor y a la obra de teatro más célebre en Francia. Es de tono ligero, con mucho de comedia, llena de líos para conseguir a los intérpretes, las modistas, la escenografía, con arreglos de último momento… Tampoco es especialmente original en el modo de presentar la inspiración de Rostand.
Pero pese a sus defectos se ve con facilidad, tiene un colorido alegre, resulta ágil y cumple con su misión de presentar la trama de modo divertido. Es una iniciación a la obra teatral, un anzuelo para nuevas generaciones.

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