En
el podio de oro, plata y bronce de películas de divorcios me faltaba una. Ahora
está completo: Kramer contra Kramer,
Nader y Simin, una separación
y ésta. En el orden que quieras.
Sigo
a Noah Baumbach con asiduidad porque creo que hace buenas pelis. Y ésta es la mejor de ellas.
Los
comienzos del divorcio recuerdan mucho al espíritu de Woody Allen (en
todo el cine de Baumbach hay bastante de Allen). Hay cierta
locura, algo de indiferencia y ligereza, con toques de humor. Como una especie
de risa tonta ante algo que no acabamos de creernos. Luego, sí, lo asimilas y
te sacude la crudeza del drama. Lo que se te viene por delante, lo que quieres
dejar atrás, lo que eres capaz de hacer, la ira que puedes desarrollar, el
rencor. Pero esa transición está llevada con una suavidad y elegancia
magnífica.
Scarlett Johansson
y Adam Driver. Enormes. Baumbach sabe que tiene entre manos a dos intérpretes a
los que les puede sacar mucho partido. Y deja que se luzcan juntos (esa
discusión tan cruda donde se escupen todo, una de las escenas más acongojantes del año) o por separado (un monólogo para
cada uno). Además a su alrededor se mueven Laura Dern (divertidísima), Alan
Alda, Ray Liotta (ay, abogados), Merrit Wever, Wallace Shawn…
El
director esquiva los dos peligros: ponerse melodramático o mostrarse
excesivamente ligero. Su propio divorcio con Jennifer Jason Leigh le
sirve de base para hacerlo creíble, real, auténtico. Un divorcio es un trauma
por mucho que trates de llevarlo de la mejor manera posible. No existe el
divorcio indoloro.
Ahora
bien. Lo mejor son los diálogos. Hay agudeza e ingenio, hay naturalidad pero no
vulgaridad. Me encanta cuando citan las virtudes del otro y dicen mutuamente
que él/ella es competitivo/a. Y ese el problema. Esa competitividad es la
destrucción mutua asegurada. Comedia y drama a un tiempo.
Hay
muchas situaciones así. La buena relación de Driver con su suegra es
tronchante. O lo era. La cosa es que hablando de Día de lluvia en Nueva York mencioné el esmero en los diálogos.
Aquí también existe un esfuerzo para decir exactamente lo que se quiere decir,
para argumentar, para que las razones tengan peso.
También
habría mucho que decir sobre la planificación y ciertos encuadres, pero ya me
estoy extendiendo mucho.
Otra
de las grandes películas de este año.
Y
es de Netflix, por cierto.
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