28/11/19

El irlandés


-He oído que pintas casas.
Detalles. Como el precinto del camión de carne. Como las armas lanzadas desde el puente al río. Como la guantera del coche llenándose con los cobros.
Grandes acontecimientos. Como las elecciones de Kennedy. Como el asesinato de Kennedy. De los Kennedy. Como el sindicato de transportistas de Jimmy Hoffa. Como Cuba.
Y el tiempo. El tiempo que subraya y certifica la general estupidez humana, el tiempo que nos iguala a todos, el tiempo que reduce a nada las ocupaciones, la vanidad, el deseo de poder, de dinero. Al final está la verdad: el dolor causado, lo irreversible, la soledad.
Y, como es una película sobre el tiempo tiene mucho sentido usar con moderación la tecnología de rejuvenecimiento, no como en la memez esa de Géminis. (lo sé: mezclar Géminis y El irlandés en un mismo contexto no debería ocurrir, pero tenía que decirlo). Scorsese sabe lo que se hace. Y sabe que tiene tres grandes actores que merecen interpretar el mismo papel a través de los años.
No está al nivel de El Padrino. Pero es muy buena. La última media hora es un giro hacia la conciencia muy llamativo. En gran medida recuerda a Silencio. Sean los mártires de Japón o los mafiosos americanos, Scorsese vuelve a la conciencia, a ese misterio inefable que encierra el alma humana que no llega a conocerse a sí misma.
También parece una reflexión del propio Scorsese. Él, que en su cine sostenía que la civilización se fundamente en la violencia, viene a decirnos ahora que todo eso es una bobada. El tiempo.
Robert de Niro y Joe Pesci están inmensos. Al Pacino muy bien, pero ni siquiera Scorsese logra controlar del todo su histrionismo. Aunque le doma bastante.
Muy elegante en su planificación y movimientos de cámara y muy sencillo el modo en que nos conduce a tres momentos distintos. Un flashback dentro de otro flashback que terminarán por enlazarse.
Mi escena preferida: esa reunión entre Jimmy Hoffa y El Canijo, que llega tarde.
-Era su cumpleaños, así que estaría con su mujer y con su hija, lo cual era perfecto porque la idea es que ellas lo presenciaran.
Una cosa me quedó clara: Jimmy Hoffa no pillaba las indirectas. Ni las directas.

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