Una
pandilla de adolescentes celebra un fiestorro. Una señora les ofrece su casa.
Como la señora tiene la cara de Octavia Spencer, tan maja ella, aceptan.
Todo
lo que había visto de Octavia Spencer eran papeles de señora
encantadora, simpática, amable y de buen corazón. Que hiciese un papel de
psicópata loquísima era una oferta que yo no podía rechazar.
La
película no empieza mal del todo pero, a medida que avanza, se desmorona por
completo. Además de los problemas argumentales y estructurales creo que hay un
factor añadido: las interpretaciones. Octavia Spencer (siempre maravillosa),
Juliette Lewis (que aquí no está en su mejor momento) y la pandilla de
adolescentes (que actúa muy mal). Esos choques en tantos niveles convierten la
historia en algo farragoso.
Por
suerte sólo dura hora y media. Y ya se hace larga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario