Me
ha gustado mucho.
Desde
el comienzo me pareció sugerente. Una robot, Madre, custodia 63.000 embriones,
últimos restos de la raza humana, aniquilada por contaminación y guerra
bacteriológica. Madre hace viable uno de ellos y empieza a criar a la primera
niña: Hija. Pero un día, desde el exterior, llega una mujer herida con una
versión muy distinta de los hechos.
He
aquí una película de ciencia-ficción sólida, minimalista, sin necesidad de
efectos especiales espectaculares, con cierto fondo y un acabado visual
magnífico.
Engancha
desde el principio. Una bebé criada y educada por un robot. Tiene algo de
espeluznante y algo de delicada belleza. La clase de filosofía sobre el valor
de las personas es importante contemplada desde el final. Los gestos, la
relación entre Madre e Hija son muy sorprendentes.
Y
poco a poco aumenta la tensión. Qué oculta Madre, las decisiones que debe tomar
Hija, el discernimiento de las mentiras, el choque con lo que la mujer venida
del exterior dice…
Un
director novel a quien deberemos seguir, dos actrices con
interpretaciones imponentes y una nueva variante a la guerra del hombre contra
las máquinas que, al plantear más preguntas que respuestas, podría ser la base
para un nuevo universo.
Clara Ruggard es Hija, Rose Byrne
pone voz al robot Madre y Hilary Swank es la mujer del exterior. Una
maravilla lo bien que estas tres actrices sacan adelante una peli así.
Esta
vez Netflix sí acierta.
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