Alexandra
trabaja en el SETI (búsqueda de inteligencia extraterrestre) y
recibe una señal
de Antares en el peor momento posible: su padre se está muriendo,
hay una tormenta, nadie hace caso al teléfono…
La
película es, básicamente, una sala y una chica que habla por
teléfono o videoconferencia. Y va a tener más problemas que Bruce
Willis
en La
jungla de cristal.
Todo esto me parece excesivamente inverosímil. Aunque sea el
observatorio “más
cutre y hecho mierda de toda Europa”
no me creo que no tengan un sistema eléctrico de respaldo; no puede
ser que la preocupación sea que caiga un rayo. Entiendo que hay que
hacer todo por el espectáculo e inventas lo que sea para mantener la
tensión pero van un poco lejos. Tampoco entiendo que todos los
científicos con los que habla sean idiotas, que nadie entienda lo
que hay en juego.
Así
que todo el tema científico, el primer contacto con extraterrestres
de Antares, me parece artificioso. Y puedo comprenderlo porque es el
truco para hablar del tema importante: tu padre se está muriendo en
el hospital.
Ahí
me convence un poco más. Hay un dilema en Alexandra y no seré yo
quien juzgue. Tampoco lo hace la película y me parece bien. El
problema es que no acaban de encajarme bien las dos líneas
argumentales de la película. No están bien entrelazadas. O van
completamente por separado o de repente se ponen muy insistentes en
encajarlas forzadamente.
Pese
a las pegas que he puesto me gustó la interpretación de Andrea
Trepat,
sorprende que se sostenga esa historia en un espacio mínimo y admito
que la tensión que se genera te mantiene atento (incluso cuando es
inverosímil).
Un
poquito sentimental al final pero un ejercicio de estilo bastante
apañado.
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