17/4/24

Riddle of Fire

Se trata, al igual que Cientos de castores, de una película muy friki, muy personal, un juguete en el que alguien pone muchísimo empeño con poco presupuesto.
Riddle of Fire sorprende en primer lugar por que está rodada en 16 mm. y tiene una fotografía ochentera muy característica. Recuerda inmediatamente a Cuenta conmigo o Los Goonies. También llama la atención que viene a ser un cuento de hadas de fondo medieval pero desarrollado en la actualidad.
Dos niños y una niña roban una consola pero necesitan la contraseña de la tele para poder jugar. La madre, enferma (algo así como la princesa encerrada en la torre), sólo les dará la contraseña si le hacen un pastel de arándanos.
Y a partir de ahí empieza una aventura en los bosques, con una bruja, sus malvados secuaces y la hija de la bruja que es mejor que su madre. El huevo moteado que deben conseguir puede ser el Tesoro, el Anillo o el arcano que uno desee.
Hay cosas tan peculiares como ese niño que habla algo confusamente y le ponen subtítulos, las pistolas de pintura de aire comprimido, las bicicletas motorizadas o una banda sonora que va desde tonalidades de trovadores al tema de Holocausto caníbal. A veces hablan como si estuviesen en una leyenda antigua.
Un adulto puedo verla como una película simpática, pero no le va a inquietar o emocionar en ningún momento. Para un niño, en cambio, pueden resultar confusas las fronteras difusas entre bien y mal, los conflictos familiares (una mamá mala) y otros temas no muy infantiles.
No sé a quién recomendarla.

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