6/4/24

Cientos de castores

Es indigerible, pero es admirable el esfuerzo, la pasión y la fe (absolutamente injustificadas) que los responsables han puesto en su proyecto. Es necesaria la energía y el estado de excitación propio de un niño para construir todos esos gags de modo tan rudimentario, cutre y entusiasta.
La película es una majadería sin precedentes. Rodada en blanco y negro, sin apenas diálogo (hay alguna canción), con aire de ser de la década de 1920 para justificar lo mamarracho de los efectos especiales.
Mike Cheslik y Ryland Brickson Cole Tews han hecho una peli para pasárselo bien. Pasárselo bien ellos. A mí me parece que tiene unos pocos gags afortunados, la mayoría mediocres, alguno desafortunado. Pero me la he visto entera (en ratos de 20 o 30 minutos) porque realmente admiro su tenacidad en las gamberradas extravagantes. Y en su capacidad para liar a amigos que les sigan en la locura y se atrevan a disfrazarse de castores, conejos, perros, caballos… Es como ver a Silvestre y Piolín o El Coyote y el Correcaminos pero en imagen real y con humor adulto y macarra.
Se hace pesada, repetitiva y cansina. El montaje falla. Creo que al menos en eso debieron esforzarse para no hacerlo cutre ya que en ocasiones resulta algo confuso. Aunque probablemente a nadie le importa ni un mínimo de coherencia.
Muy estúpida pero a veces te sorprende con momentos loquísimos. Mi momento preferido es el ataque de los lobos. Tú verás si te merece la pena arriesgarte. Igual tienes suerte y encaja con tu sentido del humor.
Los créditos iniciales empiezan a la media hora y el título aparece a los 75 minutos.

No hay comentarios: