-Siento
mucho lo que va a pasarte.
Unos
tipos secuestran a una niña, Abigail, hija de un
mafioso. Un trabajo de 24 horas y un beneficio de 50 millones.
Pero es el peor error de sus vidas porque Abigail no es
exactamente una niña.
Comienzo
con las debilidades de la peli. Estamos acostumbrados a que estas
tramas de terror tarden 20 o 30 minutos hasta que arrancan. Ésta
tarda 40 minutos. No los rellena mal del todo pero sí que tiene
algún problema de ritmo. Quitar metraje de aquí y haber dejado la
peli en 80 o 90 minutos le habría venido muy bien. Sobre todo porque
al final también llega a aburrir con una pelea interminable.
Hay
una mansión, una vampira y muchísima sangre. Insisto:
muchísima. Pero no es una peli de terror. O lo es en muy pocas
ocasiones. Es una película entretenida, juguetona, loca. Si
viste Noche de bodas pues
ya sabes de qué va: es el mismo director y le gusta lo que le gusta.
A
mí me interesó ver cómo los secuestradores van descubriendo que
son los secuestrados. La mansión es su jaula. Son comida. Y el tema
del vampirismo está ahí pero hay bastante cambios en las reglas.
Me
alegra que no se ponga tan meta como en Scream. Scream está
tan recargado de análisis meta que ha dejado de tener interés. Aquí
juega con las ideas convencionales del vampirismo (estacas, ataúd…)
pero sin ponerse pesado.
En
cualquier caso tiene unos giros de guion logrados, bien desarrollados
y con su lógica. Particularmente, uno de los poderes que se
atribuyen a los vampiros y que no se suele explotar, aquí tiene una
variación muy interesante.
No
lo diré lo suficiente: hay mucha sangre. Llévate un paraguas.
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