-Cualquiera
que sea -Gadafi, Mussolini, Ceaucescu- siempre son más cobardes de
lo que imaginabas.
Digamos
que el guion no es su fuerte: cuatro periodistas van a Washington
D.C., atravesando la zona de guerra, con la intención de conseguir
una entrevista del Presidente. Pienso que lo que busca es retratar
personajes o, más bien, una profesión: la del periodista de guerra.
La
fuerza de la película está en su apartado visual. Alex
Garland
realiza su película más comercial pero, por suerte, no renuncia a
una muy buena labor de fotografía, a unos encuadres poderosos y a
una planificación muy competente. Y eso apoya lo que hacen los
fotógrafos de guerra, interesados en el encuadre, la luz, el
contraste…
Hay
secuencias fuertes. Las que vemos en el día a día y las que vemos
cuando nos metemos en la cabeza de Kirsten
Dunst
para contemplar los horrores que ella ha presenciado. Y fotografiado.
Sin hacer preguntas. Para poder hacer su trabajo.
La
película es un recorrido por lugares desolados, pequeñas
guerrillas, campos de refugiados, grandes combates, un francotirador
que dispara a todo, miserias humanas, bajezas humanas, humanos sin
humanidad. Una guerra civil cruenta, que, con un poco de distancia,
carece de sentido. Cualquiera ve el absurdo a este lado de la cámara.
Lo ve pero le afecta, le deshumaniza, le endurece. Y acaba por ver
una vida sin sentido. El sentido lo da, de nuevo, el momento capturado
por la cámara, la imagen pero no la realidad.
Me
encantó ese pueblo que no se involucra y siguen a lo suyo, como si
nada pasara. O casi.
Jesse
Plemons.
Ya sabes que es un secundario de lujo y que le basta una escena para
robar la peli y dejarte con los pelos de punta. Perturbador.
Aunque el premio espeluznante es para la secuencia de Jessie en la
fosa mi preferida es la de Lee cuando se bloquea porque se da cuenta
de que no quiere morir por una foto.
El
sonido. Muy impactante. Creo que no escuchaba algo tan eficaz desde
Master
and Commander.
Música, sonido, silencios… Son protagonistas. Está claro que el
director quiere provocarnos un shock
con el sonido.
No
es una película bélica en sí. Es una reflexión sobre la falta de
humanidad de cierto periodismo. sobre la responsabilidad de los
periodistas, sobre si son causa y parte del problema.
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