En la ciénaga (Rojst). Temporada 2

Dejamos a Piotr, en la primera temporada, en la Polonia de 1984. Aún faltaba un lustro para que cayera el monstruo del Muro. Ahora han pasado 13 años, estamos en 1997 y ha llegado el capitalismo. Y descubriremos que la ciénaga lo sigue siendo. Con otro nombre pero con nuevos muertos. La ciénaga tiene su pasado: nazi, comunista. Pero lo sigue siendo hoy, arrastrando capas de cadáveres y consecuencias inesperadas.
Un niño muerto, un joven secuestrado. Es una extraña dinámica la de la serie. El periodista y la poli apenas coinciden. No son la clásica pareja al uso. Una conversación en un bar es el máximo tiempo que pasan juntos. E investigan cosas distintas que tendrán puntos en común. Más en común de lo que esperaban o deseaban.
No me gusta tanto como la primera temporada. Antes vimos cómo investigaban un caso en un mundo comunista. Es decir, donde no te dejan investigar, hablar, preguntar. Donde hay tantos secretos como delatores. Era algo novedoso. La segunda temporada es terreno conocido. No está mal por esa relación tan atípica y efímera entre los protagonistas, pero…

Siguen escribiendo bien a los personajes: el inspector tartamudo, la inspectora que se guía por la astrología…
El final es bastante desolador. El paraíso capitalista no les trajo la felicidad.