26/9/21

Cry Macho

-¿Me dejas tu sombrero?
-No. Es un sombrero de vaquero. Y tú no eres un vaquero.
Imagino que tener 91 años te quita muchas opciones en la vida. Pero también tiene algunas ventajas. Como por ejemplo hacer una película naif, sencilla, casi infantil. Hasta ponerte cursi. Clint Eastwood pudo ponerse trascendente y sermonear desde la altura de su experiencia. Pero precisamente por su experiencia sabe que la mayoría de las cosas de este mundo son irrelevantes, que no merece la pena enfangarse en lo pretencioso ni ir de profundo.
Ya ha pasado por todo, así que ya no va a pasar nada nuevo. Y así es la película: no pasa nada. Es un western ambientado en 1980. Que podría ser 1880 o el 880 antes de Cristo. Un western con un anciano y un chico. Y un gallo de pelea. El anciano con una aparente indiferencia que no es más que sabiduría, el chico lleno de rabia y frustración y miedo y esperanza y dudas. Y el gallo de pelea como una extensión del alma del chico, un espejo, un reflejo. Qué gran idea me parece la del gallo.
Un viaje entre México y Estados Unidos, gentes buenas, gentes malas. Lo importante es lo que haces en el camino. Lo importante es aprender qué es un macho. Como en todo western el paisaje es determinante. Está en sintonía o contradicción con los personajes, es un personaje más, es metáfora, es encuentro o choque. Es el paisaje de Eastwood. Áspero, puro, con caballos.
Sencilla, eficaz. Iba a decir que le perdono su cursilería, pero a los 91 años le da igual lo que los demás opinemos de él. Debería importarnos lo que él opine de nosotros.

 

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